La excepción no debe generalizarse. El hecho de tener antecedentes que causaron lesiones o la muerte de un paciente, NO debe ser motivo de criminalizar la práctica médica; ¿en dónde están los miles y miles de pacientes que encontraron recuperación de sus dolencias, más aún, en dónde están los miles y miles de pacientes que salvaron sus vidas por la intervención de los médicos?
La medicina es una profesión que implica vocación de servicio, sacrificio permanente desde el ingreso a la universidad, demanda de mayor número de años (eran 7, de estudio) más un año de medicina rural para poder ejercer como médico general y a pesar de esto, se considera que recién empieza la formación del médico cuando ingresa a una Residencia Programada Piramidal y Docente de 5 años para especialidades de mayor complejidad en hospitales de tercer nivel docentes por supuesto, para obtener una especialidad, o realizar una residencia de posgrado por un tiempo mínimo de 3 años hasta de 5 años, para recién obtener la especialidad deseada. Luego 2 años más de maestría en algunos casos, todo por buscar los mayores conocimientos y destrezas que la profesión exige, y que continuará toda su vida a través de cursos, congresos nacionales e internacionales, amén de investigaciones, publicaciones de temas relacionados con su especialidad, lo cual se reflejaba en el escalafón médico que todos se esforzaban para obtener el mayor grado.
Frente a todo esto, está el paciente con sus dolencias que generalmente son de múltiple naturaleza como múltiple capacidad a reaccionar frente a un tratamiento. ¿Acaso todas la medicinas no tienen sus indicaciones, contraindicaciones, reacciones indeseables, interacciones con otros medicamentos?; fácil sería tener una medicina que actúe con igual eficacia para todos y no cause reacciones indeseables y fácil sería que el paciente reaccione igual frente a una misma causa.