E n mi poder se encuentran tres formularios iguales en color, formato, tipo de letra. En todos de una u otra manera consta en letras blancas “Yasuní”. Tienen dibujado un árbol con frases. Las raíces, el tronco y las ramas tienen la misma forma. La única diferencia en la primera hoja, es lo que consta en la esquina inferior derecha, en la que aparece el nombre de la institución que auspicia cada formulario de preguntas.
Los formularios pretenden obtener el respaldo para convocar a consulta popular sobre el destino del Parque Nacional Yasuní. La diferencia de fondo en estos formularios es la relativa a la pregunta. En el original, que nació como rechazo a la decisión presidencial de explotar el Yasuní, se lee: “¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?”. Esta es la pregunta que muchos ambientalistas y amantes de la naturaleza desean se formule al pueblo ecuatoriano para que sea este quien decida el destino de un bosque primario.
En otro formulario la pregunta es: “¿Está usted de acuerdo con declarar al Ecuador libre de toda actividad extractiva; y, en general, libre de proyectos que afecten a la pachamama y al patrimonio ambiental tales como proyectos hidrocarburíferos, mineros, entre otros?”.
Un tercer formulario contiene la siguiente pregunta: “Apoya al Presidente Constitucional de la República, Econ. Rafael Correa Delgado, en su propuesta para la explotación de petróleo en un área no mayor al 1 por mil del Parque Nacional Yasuní y que el producto del petróleo que se extraiga del Bloque 43 (campo ITT) se destine a la lucha contra la pobreza, la protección ecológica del país, el financiamiento de los planes de vida de las comunidades ancestrales y la dotación de servicios básicos?”.
Estas dos últimas preguntas pueden confundir al pueblo. La segunda va más allá de lo que inicialmente se consideró (la prohibición de explotación del Yasuní). La tercera, es de contenido político, ya que bien podía haberse hecho todo lo que allí se menciona durante los años en que el economista Correa ha estado en la presidencia, y ha contado con miles de millones de dólares provenientes de la venta de petróleo.
Los formularios buscan lo mismo: una consulta popular para decidir el destino del Parque Nacional Yasuní. Si al gobernante le interesa la opinión de los ciudadanos sobre este asunto, ¿por qué no se suma el respaldo de los formularios, así se obtiene el número mínimo de firmas previsto en la Constitución (104.4), y se convoca a consulta con las preguntas, para que el pueblo elija una de ellas? ¡Qué julepe del gobernante! ¿Miedo a otra derrota en las urnas? Presidente, “sin amilanarse” como dijo en alguna ocasión el doctor Velasco Ibarra.