El Issfa-gate puede tener varias explicaciones: Primera: es un nuevo recurso de la RC para mantener entretenida a la parroquia a fin de que la grave crisis económica -que ha llevado a que el Gobierno “raspe la olla” y busque cualquier financiamiento: Schlumberger, Goldman Sachs -no sea el punto focal de la preocupación de la ciudadanía. Segunda: que la estrategia política demanda a alguien con quien pelear, pues el estilo pendenciero del régimen exige enfrentar permanentemente a algún sector. Ya ha acabado con los políticos, los empresarios, los estudiantes, los banqueros, la iglesia, las universidades, los médicos y no le quedan muchos más ‘puching balls’. Tercera: que la crisis económica, con las secuelas de desempleo, sufrimiento, desencanto y reacción de grandes sectores de la población contra el Gobierno, desemboque en una situación política insostenible frente a la cual prefieren salir como víctimas de un “complot armado por la oligarquía, el imperio y la restauración conservadora”.
Cuarta: que la falta de fondos para que se puedan atender las necesidades elementales del régimen, inclusive el pago de sueldos a la burocracia y la atención a sectores como educación, salud, Policía, Fuerzas Armadas y otros similares, junto a la no concreción de préstamos externos por alrededor de USD 10 000 millones necesarios para financiar el Presupuesto de 2016, desencadenen masivas protestas populares que echen por los suelos a la RC.
Cualquiera de las hipótesis anteriores, puede ser válida para explicar – no justificar – ese singular enfrentamiento con las FF.AA. cuyas consecuencias pueden ser de suprema gravedad para el futuro del país. Me explico: crear conflictos entreoficiales y tropa y tratar de enfrentar a esta contra aquellos utilizando para el efecto las naturales diferencias de remuneración y facilidades de unas y otros, es atentar contra un elemento fundamental en los ejércitos, que es la solidaridad de todos sus miembros. Sin ella resulta imposible el cumplimiento de sus tareas fundamentales.
El pésimo manejo del affaire por el arquitecto le descalifica para que siga como la cabeza política de la fuerza armada. Habrá que encontrarle de manera inmediata una nueva ubicación, para lo cual ha dado reiteradas muestras de singular flexibilidad.