Noticia de última hora: acaba de morir José Luis Cuevas, artista mexicano de la Generación de Ruptura que impuso la abstracción, frente al secuestrado mundo del muralismo de Rivera, Siqueiros y Orozco, álgido momento en el que el arte y la política fueron de la mano. Entonces se pronunció contra el excesivo nacionalismo provinciano, contra la falta de apertura a los movimientos internacionales. Costó muelas recuperar para otros artistas y otros pensares el Palacio de Bellas Artes. Es que los artistas/muralistas del Realismo Social también fueron magos de la política.
El caso es parecido en Ecuador. Conocido más bien como Indigenismo, los adalides del movimiento iniciado por Camilo Egas a fines de la década de 1920, no solo que darían un vuelco a los intereses de la pintura (y la literatura, su tremenda aliada), sino que capturarían los programas y políticas de las instituciones –la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el caso más emblemático- y no las soltarían hasta agotarlas. Guayasamín a la cabeza. El aparecimiento de figuras amenazantes como la abstraccionista geométrica Araceli Gilbert o el movimiento VAN, amén de otros más, mostrarían que no solo había una forma de hacer arte, sino que además el arte propuesto en su momento eliminaría el uso del mismo para hacer propaganda de la realidad social.
A fines de los años 60 el arte indigenista y el quehacer de los mismos se había vuelto panfletario.
Sin embargo, en su nacimiento, fue crucial la lucha por el reconocimiento de la dignidad de los marginados pueblos indígenas y campesinos, montubios incluidos. Artistas y literatos que venían en su mayoría de las nuevas clases medias imaginaron, representaron y hablaron por un “otro”. ¿Es posible que estos movimientos estéticos y políticos, al buscar dar “voz” al indio o al negro, la silenciaran?. ¿Que al representarlos desde una estética dominante contribuyeran a su invisibilización y folklorización? ¿Cuáles fueron otras vías para incorporar esa voz? ¿Cuáles las resonancias contemporáneas de estos silencios e invisibilizaciones históricas producidas desde el arte y la política?
Las políticas culturales nacionales incorporaron al Indigenismo a través de las ideas de mestizaje, folklore, artesanías y música nacional, y otras formas de apropiación. También fue incluido en la política, en los discursos socialistas, pluralistas (neoliberales o no), así como desde la crítica poscolonial y decolonial y teorías enraizadas (teología de la liberación y otras) que dieron forma a movimientos políticos indigenistas y a nuevos paradigmas como el Sumak Kawsay. Con acierto y visión, el Centro Cultural Metropolitano y el Museo de la Ciudad preparan una gran exposición sobre el tema. Una mirada revisionista al Indigenismo y lo que de él devino.