Cada fin de año elaboro una lista de los mejores libros que he leído entre enero y diciembre. La lista, por tanto, refleja exclusivamente mis gustos o preferencias personales. Hago esta aclaración porque este tipo de selecciones siempre ocasionan descontentos, quejas subidas de tono por no estar ahí o, lo que es peor aún, por estar en ella junto a otros escritores a los que se menosprecia o no se valora en el mismo grado en que algunos se valoran a sí mismos. En consecuencia, en mi lista del 2014 están:
Leonardo Padura con ‘El hombre que amaba a los perros’ y ‘Herejes’, dos de las mejores obras que han caído en mis manos. Jesús Carrasco, un debutante con su novela ‘Intemperie’, que ofrece una narrativa cruel y hermosa sobre la amistad forjada entre un niño y un viejo cabrero. Benjamín Prado, un maestro de los aforismos, con su última novela ‘Ajuste de cuentas’ y su seguidilla de cuentos relacionados con ella, ‘Qué escondes en la mano’. Del genial explorador del alma y la mente humana, Arthur Schnitzler, recomiendo su novela ‘Morir’, un drama intenso sobre el destino final cuando se acerca a pasos agigantados. Otra gran sorpresa me deparó la lectura de ‘Los Gatos Pardos’, la novela del español Ginés Sánchez, ganadora del Premio Tusquets 2013, una obra vertiginosa con tres personajes tremendamente magnéticos. Me sacudió el colombiano Óscar Collazos y su ‘Tierra quemada’, lectura despiadada y honda sobre las víctimas de la violencia. Javier Cercas, con ‘Las leyes de la frontera’, una historia sobre un reconocido delincuente y su grupo de amigos durante el franquismo. ‘Así empieza lo malo’, la nueva novela de Javier Marías es un regalo estético para sus lectores, una obra para paladear la magistral narrativa del autor español. Y cierro de momento con clásico que he leído de forma tardía, ‘El cielo protector’ del estadounidense Paul Bowles, la maravillosa y cruenta travesía de Port y Kit Moresby en el norte de África, una novela de choques culturales en dos planos: el del mundo exterior y el del universo más íntimo de los protagonistas.
En el plano de la literatura ecuatoriana el 2014 ha sido un año de descubrimientos y consolidaciones. Entre los primeros están: Sandra Araya con su ‘Ópera prima: Orange’; ‘Arsénico por compasión’, de Luis Montero; y, ‘Caballos en la niebla’, de Juan Carlos Moya, novelas y autores que prometen. Entre los consolidados: Gabriela Alemán, con su fabuloso libro de cuentos ‘La muerte silba un blues’; Solange Rodríguez, otra gran narradora con su nuevo y sorprendente libro de relatos ‘La bondad de los extraños’; la escritora Sonia Manzano con una novela potente y seductora, ‘Solo de vino a piano lento’; Francisco Proaño Arandi con su novela ‘Desde el silencio’; el abogado quiteño Diego Pérez Ordóñez con un delicioso ensayo sobre literatura y música, ‘Cuadernos de Puembo’; el irreverente Rafael Lugo, que volvió a sus andanzas con una hilarante selección de artículos recogidos en ‘Las 50 sombras del buey’.
¡Felices lecturas!