El triunfo del Partido Popular (PP) en las elecciones del pasado domingo no ha podido ser más contundente. El candidato del PP, Mariano Rajoy, se ha convertido en el nuevo presidente de España, obteniendo cerca del 43 por ciento de la votación y un amplio apoyo a nivel del parlamento, gobiernos autónomos, Tribunal Constitucional y Poder Judicial.
El mal manejo de la economía por parte del actual jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido el detonante de la derrota electoral del Partido Socialista (PSOE). Como nunca antes, las cifras económicas dejan mucho que desear: desempleo del 21,5%, déficit público del 6% e índices de crecimiento negativos. El hundimiento del PSOE, como ha sostenido la prensa española, ha alcanzado dimensiones catastróficas.
Este cambio de timón significará cambios profundos en el manejo no solo de la economía sino incluso del estilo de gobierno. Entre las prioridades será estabilizar la economía para, como ha dicho Rajoy, “dejar de ser un problema para Europa”, trabajar fuertemente en la generación de empleo e incorporar a cerca de 5 millones que están en el desempleo”.
En este sentido, las primeras declaraciones del líder del Partido Popular han sido prudentes. “No va a haber milagros. Pero ya hemos visto otras veces que, cuando se hacen bien las cosas, los resultados llegan. Yo confío en que el trabajo, la seriedad y la constancia servirán también para que, más pronto que tarde, todos empecemos a ver los frutos”.
Es importante que esos frutos lleguen más temprano que tarde. España está en una situación posiblemente más crítica de la que hablan las cifras. La posibilidad de que siga el camino de Italia o incluso Grecia es latente.
Aunque España, tras del triunfo de Rajoy, ha recibido el respaldo de la canciller alemana, Ángela Merkel y otros jefes de gobierno de Europa, no se descarta que eventualmente pueda caer en una situación delicada y requiera de un rescate internacional por su alto nivel de endeudamiento y déficit fiscal.
El resultado de las elecciones no ha tranquilizado al mercado bursátil. La mayor parte de las bolsas europeas vivieron estos días jornadas negativas pese al triunfo abrumador del PP. El principal indicador del mercado español (IBEX-35) sufrió la mayor caída desde el mes de noviembre y bajó 3,48% hasta los 8021 puntos.
El peso que tendrá que cargar el nuevo jefe de gobierno es muy alto. Cada una de sus decisiones de gobierno son cruciales para el futuro de España e incluso de la Unión Europea. Esperemos entonces que el trabajo, la seriedad y la constancia, como ha dicho Rajoy, le ayuden en esta ocasión.