Dentro del cerco obnubilante que se ha formado en cinco años de gobierno hay una aureola que, de tanta luz, permanece en la obscuridad, para que solamente contemple sonriente su brillo la faz presidencial. Los segmentos aureolares no tienen sonidos, pero hacen fondo para que se expresen todos los integrantes del cerco a través de una sola voz y sean así audibles en todos los ámbitos que tiene ese poder absoluto.
Por eso a cualquier sonido discordante, situado fuera del cerco había que silenciarle, pero también a todos los gestos inconformes hechos públicos en calles, esquinas, plazas, veredas, había que castigarlos. Aquella necesidad de hegemonía traspasó sus linderos para ejercer un control directo en la mayoría de la Asamblea Nacional, y como era muy complicado el dominio del poder judicial lo destrozó a través de un Consejo transitorio. Avanzó para amedrentar a la opinión pública contraria que se expresaba en los partidos políticos de oposición, y organizó un Consejo de participación ciudadana y de control social, cuya mayoría de integrantes ha sido impugnada por su cercanía al poder absoluto, lo cual se comprueba a través de sus dictámenes y resoluciones, que nunca se han opuesto a la voluntad presidencial.
Dentro de este esquema mental hacía falta una Ley de Comunicación para liquidar la libertad de expresión que, aunque restringida, todavía existe. Ninguno de los muchos proyectos ha logrado aprobarse en más de dos años, pero para abril del 2012 ese poder absoluto considera urgente disponer de esa Ley. Y el último aliento lo trajo de la visita oficial a Turquía donde existen más de ciento veinte periodistas presos y una cifra más voluminosa de presos políticos. Este país se ha destacado en el refinamiento policial para la tortura como lo revela Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura-2006. El objetivo final de esta Ley, junto a otras como el Código de la Democracia, podría ser la creación de un solo periódico oficial como fue el Pravda en la ex Unión Soviética desde 1920 hasta 1990, y como desde 1960 es el Gramma en Cuba hasta hoy.
Aportemos con las ideas de Simón Bolívar en las citas textuales de septiembre de 1815 en la Carta de Jamaica: “Venezuela erigió un gobierno democrático declarando previamente los derechos del hombre, manteniendo el equilibrio de poderes, y estatuyendo leyes generales en favor de la libertad civil, de imprenta y otras” y en el Discurso de Angostura de 1819 a cuyos representantes devolvió el encargo de Dictador-Jefe Supremo de la República y afirmó: “Venezuela constituyéndose en una República democrática proscribió la monarquía y declaró los derechos del hombre, la libertad de obrar, de pensar, de hablar y de escribir…..el hombre, al perder la libertad, decía Homero, pierde la mitad de su espíritu”.