La lluvia que al final cayó sobre el circuito de Interlagos puso el aderezo a un campeonato que terminó como comenzó. Jenson Button ganó el último premio de este año, un campeonato muy competido, en donde hubo cinco campeones mundiales en carrera.
Michael Schumacher, el mayor ganador de la categoría reina, se despidió por segunda vez, Sebastián Vettel, de 25 años, el tricampeón más joven que recuerde este deporte. Ellos estuvieron entre los favoritos de la gente.
Vettel tuvo al frente tuvo a un luchador, Fernando Alonso, a quien se le recordará por sacar el máximo provecho a los errores del túnel de viento de Ferrari y por perder en Brasil su segundo campeonato. Esta vez por 3 puntos.
Brasil vio de pie la quinta definición de campeón mundial. Los aficionados que se ubicaron en los graderíos también se dieron tiempo para las bromas, con la particularidad de que la agresión no está presente más allá de gritos y bromas. Allí se toleraba a hinchas de otros equipos y géneros.
Una de las cosas que me encontré fue una locura. Esa fue la de un grupo de hinchas que decía: “Messi es mejor que Pelé”. La parte baja fue una pasarela por donde desfilaron los más variados personajes, Batman y Superman, un hombre de edad con traje rosa, otro con un cartel de WiFi free; personajes con carteles de aplausos, todo esto dentro de una de las mayores tolerancias que se vean en el deporte.
Al llegar, los fanáticos que ya estaban desde muy temprano “adelantados” con algunas Brahma (cerveza brasileña), esperaban a los incautos que aceptaban puestos. En ese recorrido, solo llegar, cualquiera es sujeto de todo tipo de bromas, en portugués por supuesto, y lo mejor es retirarse decentemente, como lo hice.
No faltan los cruces entre la ‘torcida’ brasileña y sus mejores amigos: los de la Plata, argentinos propiamente dicho. Y por cierto, los insultos a la madre siempre están a la orden del día.
En ese trayecto había de todo. Los preparativos de los aficionados, la ansiedad para que salieron a la pista. Es posible ver a los monoplazas, escuchar el ruido ensordecedor de los 24 autos. Después llegó la carrera, ver el triunfo de Vettel y la pelea que dio hasta el final Fernando Alonso. Esta experiencia fue única; cualquier aficionado a la Fórmula Uno la quisiera tener. Misión cumplida.