Alexander Salazar, en el centro, posa junto con Hipatia Puente y Rubén Coba del grupo Actitud Sports en el parque Bicentenario de Quito. Fotos: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
Once meses después de su última sesión de quimioterapia, el triatleta Alexander Salazar competirá en el Ironman 70.3 Ecuador que se realizará en Manta el 9 de agosto.
Motivado por su “segunda oportunidad en la vida”, después de lidiar con nueve sesiones de quimioterapia en el 2014, el deportista de 45 años se trazó nuevos objetivos en lo personal y en lo deportivo. Además, por si fuera poco, también organiza la Copa Ecuatoriana de Triatlón que continuará con dos válidas en playas manabitas en septiembre y en noviembre.
La dolencia que estaba atacando sus ganglios y pulmones fue detectada en un chequeo rutinario de próstata, a inicios del año pasado. Fue una noticia inesperada, difícil de asimilar al inicio para sus familiares y amigos. “Lo más importante fue que gracias al apoyo de mi familia, de mi esposa y de mi asesor espiritual el padre Higinio (sacerdote en Ontaneda, Conocoto), pude salir adelante”, cuenta ahora contento, con una sonrisa grande que refleja el profundo agradecimiento que siente por haber recuperado la salud.
“El padre Higinio me dio un enfoque diferente a la enfermedad. Yo decía que desafortunadamente me dio cáncer, pero luego me di cuenta que era una prueba más que me ponía el Señor. Ahora veo la vida de otra manera y tengo la oportunidad de corregir… ahora tengo ganas de hacer más cosas, de lograr otros objetivos”, explicó el triatleta de 62 kilos, quien perdió 12 durante el tratamiento médico.
Alexander Salazar también imparte sus conocimientos en el triatlón. En la foto está además Hipatia Puente, quien se prepara para el Cojimíes 113K, y Rubén Coba que competirá en el Ironman 70.3 Ecuador.
“Alexander es un gran campeón, en los podios y en la vida. Lo admiramos mucho… es un gusto poder entrenar con él”, contó la maratonista aficionada Hipatia Puente quien se ejercita también para retos de triatlón con la guía del colombiano en el grupo Actitud Sports.
Alexander empezó a practicar triatlón en sus años universitarios en Bogotá y hasta se codeó con la élite de su país. Luego, como tantos otros deportistas, abandonó los entrenamientos para dedicarse al trabajo y a la familia hasta que retomó las prácticas hace siete años para probarse en las categorías máster. Con su familia, esposa y dos hijos, vive en el país desde hace cinco años.
Después de la enfermedad fue difícil volver a las prácticas, sobre todo porque perdió musculatura y fuerza con el tratamiento. Sin embargo, él estaba convencido que podía cruzar otra vez las metas en su deporte favorito. Este año ya se probó en un triatlón en EE.UU. y ahora está motivado para la carrera del 9 de agosto.
‘Finisher‘ en una decena ‘medios ironman’, incluida su victoria en el Cojimíes 113K del 2013 en la categoría general (la misma distancia que el reto de Manta), este hombre de familia también está atrás de la organización de la Copa Ecuatoriana de Triatlón.
Los retos nuevos serán en Manabí
La Copa Ecuatoriana de Triatlón, que impulsa Salazar junto con el grupo Actitud Sports, está pensada para triatletas élites y novatos. Se trata de una oportunidad para no dejar de entrenarse después del reto internacional de Manta y continuar mejorando en este exigente deporte de resistencia.
Como parte de la Copa Ecuatoriana se realizó el mes pasado un duatlón en Santo Domingo de los Tsáchilas (carrera a pie y ciclismo). El próximo evento será en San Mateo, a un costado de Manta, el 26 y 27 de septiembre en la distancia olímpica: 1500 metros de natación, 40 km de ciclismo y 10 km de atletismo.
Finalmente, el plato fuerte de esta iniciativa deportiva será el Cojimíes 113K, el 15 y 16 de noviembre. Al igual que el Ironman 70.3 Ecuador, el reto consistirá en cruzar una meta después de nadar 1,9 km en el mar, pedalear 90 km por carreteras y luego correr 21 km.
En noviembre también se realizará una prueba en la distancia olímpica.
Con la organización de estos eventos, el triatleta que ahora ve de manera diferente la vida quiere contribuir a la masificación del deporte que tanto lo apasiona. “Este deporte exige entrenamiento y disciplina, pero es muy satisfactorio. En todas las competencias se conoce gente linda, de todas las características, por lo que quiero que más personas lo disfruten”.