“Jamás pude decirle a Reeva que la amaba”, afirmó hoy, 10 de abril, Oscar Pistorius, aunque el fiscal Gerrie Nel lo acusó de haber sido “un egoísta que no hacía más que humillar” a la modelo.
El atleta paralímpico sudafricano, en juicio por el asesinato de su novia, respondió de ese modo cuando el fiscal le preguntó por qué en ninguno de los numerosos mensajes que envió a Reeva no había “palabras de amor”.
“Estoy terriblemente desolado por haberle quitado la vida”, siguió Pistorius, que había conocido a la modelo cuatro meses antes de la noche fatal del 14 de febrero de 2013 cuando le disparó, según dijo, porque la confundió con un ladrón.
“En una relación que duraba cuatro meses, cuando el vínculo era más intenso, él la trataba mal y luego ponía excusas y sonrisas” y no hacía más que humillarla y pensar en él diciéndole “no hagas esto, no hagas aquello”, explicó Nel durante el juicio.
El fiscal además contó que,”ella sufría, él se excusaba y luego nuevos reproches, inclusive en público: que no debía masticar la goma, no debía tocarlo en el cuello, poner atención en el acento y ella hacía todo para hacerlo feliz, pero él pensaba sólo en él mismo”.
El velocista, amputado de ambas piernas y que era modelo por su lucha contra la adversidad cuando ganó el derecho de competir en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, podría ser condenado a a cadena perpetua.
En el décimo noveno día del juicio, Nel, señalado como uno de los abogados más duros de Sudáfrica y apodado ‘El Pitbull’, describió a Pistorius como una persona arrogante, de temperamento volátil y descuidado al manejar armas de fuego.
“Vas a culpar a cualquiera, menos a ti”, dijo Nel a Pistorius, de 27 años, dos menos que Reeva, cuando el atleta eludió toda responsabilidad por un incidente previo con un arma que se le disparó en un restaurante lleno de gente.
“Ahora culpas al abogado, el señor (Barry) Roux. Estás mintiendo. Simplemente te rehúsas a asumir la responsabilidad por algo”, afirmó Nel mirando a los ojos a Pistorius, quien el miércoles, 09 de abril, lloró y se negó a ver la fotografía de su novia apenas después de la muerte, con su cabello manchado de sangre.
“Fue muy dramático cuando lloró, cuando vomitó, pero no sé si está actuando”, dijo Julia Steenkamp, de 67 años, madre de Reeva.