La principal fortaleza de Cristóbal Narváez no está en sus piernas ni en sus pulmones.
Para correr con los mejores del país y ganarles en una prueba de calle, el atleta de 34 años compite también con el alma.
El imbabureño no triunfaba en una competencia desde el 2011, pero ayer subió otra vez a lo más alto del podio. Al saberse vencedor elevó las palmas y sus primeros pensamientos fueron de agradecimiento a Dios, a su esposa y a sus padres.
El imbabureño cronometró 31:59 minutos en los 10 km de la carrera Centinelas del Aire, que convocó ayer, 16 de febrero de 201, a 7 000 corredores en la capital.
El atleta que en unas semanas será papá por primera vez, pues su esposa Nancy Túqueres está embarazada de siete meses, tiene la guía del entrenador Fredy Vivanco.
Vive en Otavalo, por donde se ejercita. Suele correr también por las faldas del Imbabura, Cotacachi y por cerca de los lagos de su provincia. Unas dos veces por semana viaja a Quito para prepararse con el grupo de Vivanco en La Carolina y en el estadio Atahualpa.
El otavaleño triunfó por primera vez tras superar una dolencia en el nervio ciático que le alejó de los entrenamientos durante poco más de un año.
En el 2012 buscó la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres, en la maratón (42,195 km). No consiguió ese objetivo y dejó de correr con intensidad a mediados de ese año. Para no perder la forma física se dedicó a nadar y a hacer abdominales.
En esa pausa aprovechó para graduarse de entrenamiento deportivo en la Universidad Técnica del Norte y retomó el atletismo, poco a poco, a mediados del año pasado.
En la prueba de ayer se sintió fuerte y al kilómetro 5 empezó a alejarse del pelotón de los punteros donde figuraban Manuel Cañar, Leonardo Tenenpaguay, Franklin Tenorio, Dimas Quingaluisa, entre otros fuertes competidores.
Cuando empezó a mover más rápido sus piernas nadie pudo seguirlo. Luego, en el momento de acercarse a la meta empezó a preguntarse a qué distancia estarían sus escoltas, pero no regresó a ver. Se sentía fuerte y si alguien se le hubiera acercado tenía todavía energía para el remate. “Sentí una alegría inmensa al ganar nuevamente”, recordó con su voz tranquila y una sonrisa interminable.
El segundo lugar fue para Manuel Cañar, de 26 años. El resistente militar se alegró que Narváez volviera a triunfar después de tanto tiempo, porque ambos son compañeros de entrenamiento. El tercer sitial se lo llevó Tenenpaguay.
Entre las mujeres, la quiteña Jéssica Paguay está imparable.
En un fin de semana se llevó la victoria de dos carreras importantes. El viernes, en la Ruta de los Tres Juanes fue también la mejor. En esa prueba se impuso el azuayo Byron Piedra, entre los hombres.
Paguay está motivada porque la próxima semana representará al país en un torneo sudamericano, en la modalidad de cross country, en Paraguay. Ella quiere entrenarse para ganar este año la Quito-Últimas Noticias 15K.
El podio de las damas lo completaron Olga Tabla y Érika Panchi. Entre los juveniles, los más veloces fueron Diego Túqueres y Lina Hidalgo.