Rafael Nadal (der.) se impuso a Dominic Thiem en Montecarlo el 20 de abril del 2018. Foto: Yann Coatsaliou / AFP
El español Rafael Nadal superó hoy de manera impecable el examen de Dominic Thiem, al que aplastó por 6-0 y 6-2 para avanzar a las semifinales del torneo de tenis de Montecarlo. El tenista austríaco es el número siete del mundo y un especialista sobre arcilla. De hecho, es el último jugador que ha ganado a Nadal en esa superficie, en mayo de 2017.
Después de batir el jueves al serbio Novak Djokovic y con un gran currículum a la vista, Thiem se presentaba como una gran prueba para evaluar el nivel de Nadal, que volvió al circuito recientemente tras más de dos meses lesionado. Y el español solventó el asunto rápidamente. “He jugado genial, muy bien, siendo agresivo con el revés, la derecha y al saque”, dijo mallorquín. “Me he defendido bien. He restado bien. No puedo decir mucho más. Ha sido un muy buen resultado contra un rival muy difícil”, agregó.
“Siempre trabajo sin esperar cosas positivas o negativas. Solo trabajo todos los días tratando de jugar mejor que ayer, e intento jugar mejor mañana que hoy”, analizó el español. “Desde la silla puede parecer fácil. Para mí no es fácil. Tengo que trabajar todos los días y estar tranquilo cuando las cosas no van bien”, expresó Nadal sobre su contundente triunfo. Y es que el número uno del ranking mundial necesitó apenas 68 minutos para despachar a Thiem y clasificarse a semifinales. Ahí le espera el búlgaro Grigor Dimitrov, que había vencido antes al belga David Goffin por 6-4 y 7-6 (7-5).
Thiem ganó a Nadal en los cuartos de final de Roma 2017, la única derrota del español en polvo de ladrillo en sus últimos 32 partidos. En ese lapso, el campeón de 16 Grand Slam ganó Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roland Garros y ahora va camino de levantar su undécimo título en el Principado. El apabullante triunfo sobre Thiem, en el que el austríaco tuvo que esperar 52 minutos para anotarse su primer juego, suena como una advertencia para el resto de rivales de Nadal.
El número uno del mundo siempre ha brillado en la gira europea de arcilla y ahora está mostrando un altísimo nivel, sin rastro ya de esa lesión en el psoas que le obligó a retirarse en Australia y a ausentarse en Acapulco, Indian Wells y Miami. El zurdo de 31 años ha perdido apenas 11 juegos en su camino a las semifinales de Montecarlo, su mejor registro desde 2010.