Rafael Nadal empezará 2013 lesionado, con la incerteza de saber cuándo volverá a las pistas, pero con las ganas de demostrar esa combatividad infatigable que le han llevado a ganar 11 torneos del Grand Slam, alcanzar el número 1 y más de USD 50 millones en premios.
El tenista español, de 26 años, no ha vuelto a jugar desde el pasado mes de junio, desde que perdió por sorpresa contra el desconocido Lukas Rosol en Wimbledon, y este viernes anunció que no participará en el Abierto de Australia como consecuencia de un virus estomacal.
Muchos en el circuito, no obstante, creen que el verdadero motivo de preocupación de Nadal son sus frecuentes problemas en las rodillas, que han lastrado su exitosa carrera.
“Me ha dicho que ahora no está al 100% y que quiere esperar un poco”, declaró su compatriota Nicolás Almagro, que sustituyó a Nadal en el torneo de exhibición de Abu Dabi.
“No quiere jugar en Melbourne, a cinco sets, su rodilla no está bien, no está preparado para ello”, añadió Almagro.
Otros han sugerido que Nadal se encuentra en un momento de creciente desaliento, después de que esa lesión de rodilla le dejara fuera de los Juegos Olímpicos de Londres, donde debía defender la medalla de oro lograda en Pekín-2008 y adonde debía acudir como abanderado de la delegación española, y de la final de la Copa Davis, que España perdió ante la República Checa.
“En agosto, parecía agotado”, publicó el diario El País, citando una fuente próxima al tenista. “EStuvo jugando con dolor, hasta que la cabeza dijo basta”.
Nadal, que actualmente ocupa el cuarto puesto de la clasificación mundial, ha pasado mucho tiempo de su ya extensa carrera deportiva a luchar contra las tendiditis en las rodillas, una lesión que se achaca a su particular estilo de juego en la cancha.
La primera señal de alarma se encendió en 2008, cuando se perdió toda la parte final de la temporada, incluido el Masters y la final de la Davis.
En 2009, cuando ya había ganado en cuatro ocasiones Roland Garros, puso fin a su racha de imbatibilidad en las pistas francesas ante el sueco Robert Soderling en cuarta ronda del Abierto de Francia.
Una tendiditis en ambas rodillas le dejó fuera del torneo de Queen’s y, sobre todo, de Wimbledon, donde debía defender el título logrado el año anterior.
En total, estuvo fuera de las pistas durante nueve semanas, lo que provocó que perdiese la condición de número uno del tenis masculino en favor del suizo Roger Federer. Desde entonces, su carrera ha sido una montaña rusa.
En el Abierto de Australia de 2010, alcanza los cuartos de final, pero cede ante el escocés Andy Murray por un dolor en la rodilla derecha que le dejará fuera de las canchas los dos siguientes meses.
En 2012, pese a ganar Roland Garros por séptima vez (un récord) , Nadal ya se vio obligado a no presentarse ante Murray en el Masters de Miami por una lesión en la rodilla izquierda.
En 777 partidos a lo largo de su carrera, era la segunda ocasión en la que no comparecía en un partido por una lesión.
Nadal, que debería haber jugado su primer torneo oficial de la temporada en Catar a partir del lunes, insiste que su rodilla ha mejorado.
“Mi rodilla está bastante mejor, y el proceso de recuperación ha ido según lo previsto por los médicos, pero este proceso vírico ha hecho que no pudiera entrenar esta última semana y en los próximos días y por tanto, muy a mi pesar no podré reaparecer en el momento que habíamos previsto”, señaló Nadal en un comunicado enviado a los medios este viernes.
“Mi reaparición tendrá que esperar hasta el torneo de Acapulco (en febrero) si bien no descartaría la posibilidad de reaparecer en algún torneo antes”, añadió el tenista.
“Tal y como he dicho siempre, mi vuelta al circuito se producirá cuando me encuentre en las condiciones que me permitan competir. Tras todo este tiempo apartado de las pistas prefiero no acelerar la reaparición y hacer las cosas bien”, concluyó.
Como consecuencia de estos meses de ausencia del circuito, Nadal ha caído a la cuarta plaza del ránking y en Australia no podrá defender los 1.200 puntos obtenidos por llegar a la final el pasado año.
Es la primera vez que cae tan bajo en la clasificación mundial desde 2005, e incluso podría verse superado por su compatriota David Ferrer, con lo que perdería su condición de número uno español, algo que no sucede desde la primera parte de 2005.