Fernando Luna (der.) trata de rechazar el balón en un partido de su equipo, Emelec, contra Católica, en el Capwell. Foto: API para EL COMERCIO
Octubre es un mes especial para Fernando Luna, mediocampista de Emelec. Además del repunte que alcanzó el equipo azul en el campeonato nacional, también fue el mes del nacimiento de su segundo hijo: Lázaro.
Está emocionado con la llegada de su segundo retoño, quien nació el jueves en Guayaquil. La primera ropita que le puso al niño fue un ajuar blanco, con el escudo de Emelec y el nombre Lázaro bordado.
Desde su llegada el 1 de julio, Luna suma tres goles con el ‘Bombillo’ y todos se los dedicó a su hijo. El gaucho se colocaba el balón debajo de la camiseta para emular el embarazo de su esposa, Cintia, que regularmente asistía a los partidos en el George Capwell.
Su primer hijo, Vladimir, ya se considera emelecista. El niño de 7 años en ocasiones acompaña a su papá a los entrenamientos. Juega con los compañeros de su padre, patea balones y siempre luce la camiseta eléctrica.
La familia Luna ya se acostumbró a Guayaquil. Les gustan la comida, el clima y la diversidad de sitios que tienen parapasear y hacer turismo. Ellos viven en una urbanización de Samborondón, cantón que está junto al Puerto Principal.
Atrás dejaron la mala experiencia que sufrieron a los dos días de su llegada al país. El futbolista salió a comer con su hijo y su esposa, aún en etapa de gestación, y fueron asaltados en un restaurante del norte.
“Ya quedó atrás, fue un susto, pero no pasó a mayores. Aparte de eso, esta ciudad y el país me han tratado muy bien”, dijo el futbolista de 27 años, oriundo de Ramallo, Buenos Aires.
Aunque está acostumbrado a Guayaquil, aún debe adaptarse a las condiciones geográficas del país. Confiesa que aún se le dificulta jugar en la altitud, debido a que nunca lo había hecho durante su corta carrera deportiva.
Recién jugó en la Primera División de su país en el 2015, cuando vistió la camiseta de Arsenal de Sarandí. Antes de eso, pasó por clubes de segunda categoría donde –debido a la mala paga económica- debía completar sus ingresos con trabajos de albañilería.
En la temporada pasada militó en Atlético Rafaela, y a mediados de año se concretó su llegada a Emelec. La negociación y el proceso de ‘scouting’, lo hizo íntegramente la directiva eléctrica, que luego le presentó el jugador al entrenador Alfredo Arias.
Luna ya es uno de los favoritos de la afición eléctrica, debido a su rendimiento en la cancha. Suma 11 partidos en el campeonato nacional y marcó tres goles, además, también aportó con cuatro asistencias.
Los aficionados lo ovacionan cada vez que toca el balón y también cuando corta el juego rival o da un pase.
Sus características de juego se asemejan a las de aquellos mediocampistas luchadores, que no quieren perder el balón en el momento que lo tienen.
“Este es un grupo bárbaro, hay muchos buenos jugadores, pero sobre todo grandes personas. Me encantaría ser campeón”, dijo el deportista, que hasta el momento no ha conseguido ningún trofeo en su carrera.
Dentro de la cancha se entiende bien con Ayrton Preciado y Marcos Mondaini, a quienes califica como “fenómenos”. Fuera del campo de juego mantiene buena relación con su compatriota, el delantero Bruno Vides.
El mediocampista se apunta como titular para el partido de hoy (12:00) ante Macará, en el estadio Bellavista, de Ambato.
La plantilla eléctrica tenía previsto trasladarse ayer, vía aérea desde Guayaquil. Los azules están obligados a sumar en condición de visitantes para mantenerse como líderes del campeonato y forzar a una final, en caso que llegaran a ganar la segunda etapa.