Lo que está haciendo Liga de Quito en representación del fútbol ecuatoriano hay que aplaudir. Está cerca de alcanzar su cuarto trofeo internacional. Pero después del triunfo de 2-1 de la ‘U’ ante Estudiantes de la Plata, en la primera final de la Recopa la semana pasada, quedó un escenario de preocupación en los aficionados; ellos querían que su equipo arrollara de local; verlo sólido, potente y goleador, como en las finales pasadas. Esa exigencia del hincha tiene validez porque se acostumbró a ver ganador a un equipo en las diferentes canchas de América y del mundo. Pero ellos tienen que procesar que triunfos de 1-0, 2-1, 3-2 o cualquier marcador tiene el mismo valor en competencias cortas como la Recopa. Basta recordar cómo se ganó la Libertadores del 2008 en Río de Janeiro. Por eso no hay que ser mezquino con esa historia; también hay que ver a los equipos rivales. Estudiantes de la Plata arrastra una historia más rica que la ‘U’ y en los últimos años se ha propuesto alimentarla. Tampoco hay que buscar justificativos para los futbolistas, cuerpo técnico y directivos de Liga. Ellos están conscientes que su prioridad es aumentar el prestigio de esta institución para beneficio de sus hinchas y a su vez del país.