En esta semana la euforia nos trasladó por momentos a un triunfo sudamericano en Sudáfrica. Pero atrás de ese entusiasmo había una realidad que puso en evidencia la arrogancia y petulancia de los técnicos y jugadores de Brasil y Argentina, las selecciones más representativas de la región. Ellos se sentían ganadores sin jugar, sin salir a la cancha e irrespetando a sus rivales proyectaron una final sudamericana.
Las lecciones que nos deja este mundial es el crecimiento de Uruguay, equipo que ha mostrado un fútbol ordenado, más allá de su identidad que es la garra; Paraguay, con un DT (Gerardo Martino) con conceptos tácticos e ideologías modernas en manejos grupales, estuvo cerca de llegar con su grupo a las semifinales; Chile, selección que evidenció una estructura de equipo y que piensa participar más seguido. Más allá de lo que haga Uruguay en el resto del Mundial hay una urgencia para Sudamérica. Esa es la pelea que tendrán que afrontar los directivos por los cupos que corresponderán a la región en el 2014.
La UEFA ya le pidió a la FIFA que revisaran los cupos para Sudamérica. Ellos dicen que cuatro plazas y media es demasiado, pues Brasil se clasifica directo por ser el organizador. Los europeos quieren el medio cupo. Los cabildeos y muñequeos ya se están dando a la más alta escala de directivos. A los ecuatorianos, y otros países pequeños de la región, nos incomoda esa propuesta porque resta posibilidades de clasificación.
En esta turbulencia no hay ninguna reacción de los directivos ecuatorianos, respecto a las proyecciones de la Selección. Todo lo contrario sucede en Perú, quien ya contrató a Sergio Markarían; Chile, quien quiere retener a Marcelo Bielsa; Colombia ya contrató a Hernán Gómez; Argentina, que analiza si se queda o reemplaza a Maradona; Brasil, que ya busca otro DT; Paraguay le propuso a Martino que siguiera, pero este es seducido para dirigir clubes… Y nosotros seguimos con Sixto Vizuete como DT interino, pensando más en las elecciones de enero del 2011 que en un verdadero plan a largo plazo y mirar con más preocupación a las otras selecciones de la región.