Una histórica fotografía del ecuatoriano Andrés Gómez y del estadounidense Andre Agassi el 10 de junio de 1990. Ese día el guayaquileño ganó la final del Roland Garros. Foto: Pierre Verdy/ AFP
Con la eliminación de la paraguaya Verónica Cepede en los octavos de final, el tenis latinoamericano quedó ya fuera por completo de los cuadros individuales principales de Roland Garros, un torneo donde vivió tardes de gloria en el pasado pero donde en los últimos años acumula decepciones.
A la espera de las rondas finales de los torneos de dobles, donde sobreviven varios jugadores de la región (el mexicano Santiago González y la dupla colombiana Juan Sebastián Cabal/Robert Farah llegaron este lunes a semifinales), el balance es discreto por los resultados individuales, pese a una pequeña mejoría en los resultados.
En las últimas cuatro ediciones (de 2013 a 2016) no hubo ningún jugador o jugadora de Latinoamérica en los octavos de final en individuales, un dato muy negativo que por lo menos en esta ocasión rompieron dos jugadores, el argentino Horacio Zeballos en categoría masculina y la paraguaya Verónica Cepede en la femenina.
Zeballos no tuvo opción el domingo frente al austríaco Dominic Thiem, uno de los jóvenes talentos del tenis actual y actual número 7 del mundo, ante el que perdió 6-1, 6-3 y 6-1.
Cepede, que había derrotado en la tercera ronda en un duelo sudamericano a la colombiana Mariana Duque, cayó este lunes contra la checa Karolina Pliskova, número 3 del ránking WTA, por 2-6, 6-3 y 6-4, llegando a rozar por momentos la hazaña.
Desde 2006, con la argentina Gisela Dulko, no había una latinoamericana en octavos en el cuadro femenino.
En la tercera ronda se habían quedado dos de las grandes esperanzas, el uruguayo Pablo Cuevas (23º del mundo) y el argentino Juan Martín Del Potro (30º) , que fueron eliminados por el español Fernando Verdasco y el británico Andy Murray (número 1 mundial) , respectivamente.
En el cuadro femenino, la puertorriqueña Mónica Puig, 41ª del ránking pero oro olímpico el pasado año en Rio de Janeiro, apenas pudo llegar a la segunda ronda, donde cayó ante la letona Jelena Ostapenko (6-3, 6-2) .
Las principales figuras de la región no pudieron por lo tanto llegar hasta la segunda semana de la competición.
Del Potro regresó al menos al torneo parisino por primera vez desde 2012, año en el que alcanzó los cuartos de final y estuvo entonces cerca de eliminar a Roger Federer.
Desde entonces, ningún jugador de la región ha llegado hasta cuartos de final.
Vilas, Gómez, Kuerten y otros legendarios
En el pasado, eso sí, Roland Garros fue sinónimo de gloria y grandes victorias para el tenis latinoamericano.
Todavía fresca en la memoria de muchos está la histórica final de 2004, en la que dos argentinos estuvieron frente a frente, Gastón Gaudio y Guillermo Coria, con triunfo para el primero en cinco sets y con muchísima emoción, por 0-6, 3-6, 6-4, 6-1 y 8-6. En esa misma edición, David Nalbandian había llegado a semifinales, con lo que fue un año con claro color albiceleste.
Desde el éxito de Gaudio no hubo títulos latinoamericanos en los cuadros individuales de Roland Garros, donde unos años antes el brasileño Gustavo Kuerten se convirtió en una leyenda viva del torneo al levantar en tres ocasiones la ‘Copa de los Mosqueteros’, en 1997, 2000 y 2001.
El primer título latinoamericano en Roland Garros se remonta a 1977, con el argentino Guillermo Vilas, que aplastó en la final al estadounidense Brian Gottfried (6-0, 6-3, 6-0) . Vilas perdió, eso sí, las otros tres finales a las que llegó (1975, 1978, 1982) , todas ante jugadores suecos: las dos primeras contra Bjorn Borg y la última ante Mats Wilander.
El otro de los seis títulos latinoamericanos lo logró en 1990 el ecuatoriano Andrés Gómez, en aquel caso superando al estadounidense Andre Agassi en el último partido (6-3, 2-6, 6-4, 6-4). Es el único tenista tricolor que ha ganado un torneo de Grand Slam.
El último latinoamericano en jugar la final fue el argentino Mariano Puerta en 2005, derrotado por un entonces joven Rafael Nadal.
Habrá que seguir esperando para que Latinoamérica vuelva a ser protagonista en los dos cuadros principales del torneo.