Los juegos ancestrales, parte del Kuya Raymi en Salasaka

otos: glenda giacometti / el comercio La pelada de papas fue una de las disciplinas que se realizó en la plaza Llikakama.

otos: glenda giacometti / el comercio La pelada de papas fue una de las disciplinas que se realizó en la plaza Llikakama.

La pelada de papas fue una de las disciplinas que se realizó en la plaza Llikakama. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Como parte de las celebraciones del Kuya Raymi o Fiesta de la siembra se desarrollaron los juegos ancestrales en el pueblo Salasaka.

Los dirigentes indígenas, funcionarios del Municipio de Pelileo, artesanos y turistas fueron parte de estas actividades, las cuales se llevaron a cabo el miércoles, 20 de septiembre del 2017, en la plaza Llikakama, ubicada en el ingreso de la comunidad.

Los indígenas realizaron un círculo en la explanada adoquinada que tiene forma de cruz. En el interior se ubicaron los participantes de los juegos quienes iban a desgranar el maíz, pelar papas e hilar.

Los juegos se realizaron bajo un intenso sol. Los organizadores seleccionaron como jueces a los taitas y mamas de la comunidad para otorgar los premios a los ganadores. Estos fueron donados por los artesanos del centro de comercio indígena.

Según Martha Chango, concejala de Pelileo, la participación del pueblo mestizo e indígena permite fortalecer la unidad del cantón.

La autoridad se encargó de animar el programa y seleccionar a los concursantes. Las risas y barras no faltaron. “Estamos promoviendo los juegos ancestrales en cada una de las actividades que tiene la comunidad”, aseguró Chango.

En el juego de la desgranada del maíz participaron cinco mujeres mestizas. Dos comunicadoras, una turista y la reina de Pelileo compitieron. Las jueces eran las mamás de Salasaka que se encargaron de calificar a la más rápida en desgranar. Los granos debían estar arrumados en un solo lugar.

Carla Meza, reina de Pelileo, fue la ganadora. La soberana logró acabar las dos mazorcas en cinco minutos. “El truco está en mover las manos con las dos mazorcas. Esto permitirá que los granos caigan en un solo lugar y no se dispersen”, aseguró Meza.

En el juego de la pelada de las papas participaron dos grupos. Los primeros en concursar fueron dos funcionarios públicos, un policía, un comunicador y un comerciante. El ganador debía acabar primero las nueve papas pequeñas que le entregaron. Además, en el momento de pelar se debía retirar la cáscara lo más fino posible para que no se desperdicie el tubérculo.

Las indígenas fueron las encargadas de animar e indicar el movimiento del cuchillo. “Gire el cuchillo rápido”, “no corte en partes la cascara”, fueron las instrucciones.

En la primera parte del concurso el jurado designó a tres finalistas. El comerciante, el policía y el comunicador volvieron a pelar cinco papas. El concurso se declaró empate y todos recibieron premios.

Chango hizo participar a cinco dirigentes de la comunidad en la pelada de las papas. José Guaranga, teniente político de Salasaka, fue el ganador del concurso. “Mis padres me enseñaron a pelar papas para la comida desde pequeño. Solo hay que mover la mano con la papa y el cuchillo de manera sincronizada y ahí la cáscara sale fina. Los hombres también sabemos cocinar”, indicó Guaranga. La frase desató carcajadas entre los asistentes.

En el juego del hilado participaron cinco artesanas indígenas. Ellas debían lograr la hebra más fina de lana de borrego. Para eso, ubicaron en la punta de una vara de menos de un metro el guango de la lana de borrego que será hilado. Con la una mano giraban el carrete y con la otra hacían pequeña la hebra. El producto será utilizado para tejer ponchos, anacos, bayetas y otras prendas de vestir.

Las concursantes fueron Carmen Jerez, Cristina Mazaquiza, Verónica Chiliquinga, Zoila Jerez y Ramona Chango. Las mujeres debían lograr una gran cantidad de hilo en tres minutos. Los taitas se encargaron de verificar el grosor de la hebra y el largo.

José Montauano fue parte del jurado. Junto con sus compañeros cogieron con precaución las hebras y las estiraron. Otros se encargaron de verificar cual era la más fina. La ganadora fue Cristina Mazaquiza.

“Esta actividad es una distracción para nosotras cuando no estamos realizando nuestras labores”, aseguró la ganadora. Al finalizar el programa se entregaron premios.

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