Jorge Fossati volvió a ser el candidato número uno para dirigir a la Tricolor. La Ecuafútbol está dispuesta a esperar la expiración del contrato del DT uruguayo con el Inter de Porto Alegre. Total, dice el presidente de la Ecuafútbol, hay tiempo para la Copa América de 2011 (torneo en que normalmente la Selección es goleada). Si algún amistoso aparece en el camino, el eterno interino BBB se hará cargo. Hasta entonces, se acelerará en la construcción de la sede de la Tricolor en Quito.
2011 sería, pues, la fecha de inicio de un nuevo proceso camino a Brasil 2014, pero hay un problema: Fossati no es el indicado para conducirlo. Desde Draskovic hasta Suárez, más allá de sus estilos y sus pecados, todos los entrenadores de la Selección aceitaron un proceso que se expresaba en los microciclos que tomaban en cuenta a las divisiones menores y la convicción de que había que dejar un futuro al fútbol. Fossati no encaja en este esquema. El uruguayo es un DT de club, no de selección. Ya falló en Uruguay y Qatar. Él no siembra, solo cosecha. Grita mucho, pero comunica poco. No aprende de sus errores y, cuando empieza a irle mal, busca fantasmas debajo de la cama. El técnico de la Tricolor ya debería estar trabajando. Pero, si la decisión es esperar hasta 2011, hay tiempo para buscar otros candidatos y pedirles un plan de trabajo que vaya más allá de las parrilladas con los muchachos.