El español Javier Fernández gana el bronce en patinaje artístico

Fernández es ganador de dos títulos mundiales. Foto: EFE

Fernández es ganador de dos títulos mundiales. Foto: EFE

El español Fernández logró el bronce olímpico de patinaje artístico de los Juegos de Pyeongchang. Foto: AFP

El español Javier Fernández, que después de ganar dos títulos mundiales y seis (seguidos) de Europa, le puso el broche a su brillante carrera deportiva con el bronce olímpico de patinaje artístico de los Juegos de Pyeongchang, disfrutó al fin de la gloria deportiva cenando con sus allegados y sus seres más queridos.

El madrileño, de 26 años, se sacó al fin la espina de los Juegos de Sochi (Rusia), hace cuatro años, donde perdió por muy poco un podio que tenía asegurado -fue cuarto- y al fin capturó el único trofeo que se le resistía, la medalla olímpica, al acabar tercero en una brillante prueba en la que el japonés Yuzuru Hanyu -con el que comparte pista de entrenamientos, en Toronto (Canadá), y entrenador, el canadiense Brian Orser- revalidó título.

Fernández es ganador de dos títulos mundiales. Foto: EFE

Hanyu, de 23, encabezó, en el Palacio de Hielo de Gangneung, un doblete nipón junto a Shoma Uno, de 20, que en el programa largo la arrebató la plata al español. Quien justo después de lograr la cuarta medalla de España en unos Juegos de invierno declaró a EFE que al fin su sueño se había hecho realidad y que se había "sacado la espina de Sochi".

El perfeccionista de Cuatro Vientos tuvo que soportar en la anterior cita invernal la presión extra por la desmedida repercusión que tuvieron unas declaraciones suyas sacadas de contexto referentes a la homosexualidad y a la homofobia en Rusia. Situación que le descentró, especialmente, durante los primeros días de unos Juegos en los que fue abanderado. Y a la que no pocos achacan como una de las principales causas de que la medalla se le acabara escapando.

En una entrevista con la Agencia EFE nada más llegar a la Villa Olímpica de Gangneung, el campeón madrileño, que admitió que venía a Corea a buscar lo que el destino le quitó en Rusia, reconoció que aquello fue "un marrón horroroso".

Este sábado, nada más acabar de competir, explicó de nuevo a EFE que creía tener motivos de festejo "pero no sólo por la medalla, que también: sobre todo por algo personal, de liberar toda la presión" que tuvo que soportar. Y también por la alegría que le da "el poder compartirlo con la familia, amigos y con toda la gente querida".

Tras su éxito, la afable estrella española disfrutó, sobre todo, de la presencia de sus padres, Antonio -militar- y Enri -funcionaria de correos-, de su hermana Laura -enfermera pediátrica que por las tardes ejerce de entrenadora de patinaje en Valdemoro (Madrid)-, la principal responsable de que SuperJavi se dedicase al patinaje; y de su novia, Marina, estudiante de enfermería y bailarina.

Todos cenaron en la zona de Alpensia, después de una jornada ciertamente caótica derivada del gigantesco atasco existente entre Gangneung -sede del patinaje artístico-, a orillas del Mar de Japón; y Pyeongchang, donde tuvo lugar la ceremonia de entrega de medallas.

Un trayecto que habitualmente lleva no más de cuarenta minutos por carretera, en esta ocasión se cubrió en más de dos horas.

Javi recibió su medalla en la misma plaza en la que hace dos días también subió al podio Regino Hernandez -tercero en el boardercross de snowboard-, que en esta ocasión estaba repleta de los aficionados japoneses que horas antes llenado de peluches del osito Winnie the Pooh el hielo del Ice Arena de Gangneung.
Hanyu, primero que revalida título desde que lo hiciese por última vez hace 66 años el estadounidense Dick Button en los Juegos de Oslo52, es un semidiós en Japón. Y segundo en la prueba había sido su compatriota Uno.

Prueba de ello es que justo después de la entrega de las medallas del patinaje artístico, la plaza quedó casi desalojada, a pesar de que estaban programadas más ceremonias.

De la Plaza de las Medallas de Pyeongchang, SuperJavi se trasladó a la zona de Alpensia, a unos ocho kilómetros, donde cenó con sus allegados y los presidentes del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco; y de la Real Federación Española de Deportes de Hielo (RFEDH), Frank González.

También asistieron a la cena, entre otros directivos y miembros del COE y del Consejo Superior de Deportes (CSD), el otro español que compitió en la prueba, Felipe Montoya; y Sonia Lafuente, olímpica en Vancouver 2010 (Canadá) y amiga del campeón madrileño.

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