La peruana Inés Melchor durante su trayecto por la avenida Amazonas, a la altura del kilómetro 14. Entonces, ya se sentía ganadora. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO.
Santa Inés Melchor recorre 250 kilómetros por semana y quema hasta 5 000 calorías por día. Esa férrea preparación para carreras de corto y largo alientos la convierten en una atleta temible en Sudamérica.
Si a eso le suman experiencia en carreras de altitud sobre los 3 000 metros y una adecuada estrategia sobre el asfalto el triunfo parece asegurado.
Y así fue. En Quito, la peruana de 28 años festejó ayer su tercera victoria consecutiva en la Quito-Últimas Noticias 15K, la competencia más grande del Ecuador (que ayer 7 de junio convocó a 18 000 corredores en las calles quiteñas, desde el sector de San Bartolo hasta el estadio Olímpico Atahualpa).
Inés ya había festejado los títulos del 2013 y el 2014. Ayer, saboreó el triunfo con un tiempo de 51 minutos y 56 segundos. Atrás se quedaron la ecuatoriana María Pastuña y la keniata Rose Jebet, que la víspera aparecía como una de las candidatas más serias para romper el reinado de la peruana.
Inés, sin embargo, conocía la ruta con claridad. Por ello, al inicio arrancó entre el pelotón de las punteras a un ritmo lento. A la altura del kilómetro seis (por las calles Mejía y Guayaquil) regresó a ver y sintió que podía acelerar y sacar ventaja al resto de atletas élite.
Así lo hizo. Algo sorprendida por el aplauso sonoro de los aficionados –que según dijo la apoyaban pese a no ser ecuatoriana- tomó fuerza y decidió acelerar para encaminarse hasta la meta en primer lugar, algo que planificó desde que llegó a la capital, el mediodía del jueves pasado.
Entonces, había decidido que no impondría su ritmo sin importar el plan del resto. Dejaría que sus adversarias tomaran la delantera para, posteriormente, dar el ‘zarpazo’ y trancos largos para volverse inalcanzable.
Esa estrategia dio resultados ya a los siete kilómetros. Detrás de ella solo se visualizaba a la ecuatoriana Pastuña, quien ayer sorprendió al meterse en el podio de las vencedoras.
“Siempre salgo despacio y luego acelero. Eso toma por sorpresa a las otras corredoras”, confesó la atleta ya en la pista sintética del estadio Olímpico Atahualpa. Ahí, sostenía una bandera de su país, que le entregó uno de sus compatriotas.
Su estrategia la planificó con la guía de su entrenador Pedro Kim, quien ayer la acompañó en Quito durante su trayecto. Él es su principal referente en su carrera atlética.
Siempre recuerda que su mentor la impulsó a dedicarse por completo al atletismo. Una vez me dijo “Por qué te vas a retirar si eres buena”. Entonces, la corredora quería darse tiempo para realizar sus prácticas universitarias de derecho.
La peruana acogió el consejo de su técnico y se convirtió en una de las más reconocidas de su país y de la región. Ayer, en Quito, por ejemplo, ya marcó un hito al entrar en la élite de la 15K: obtuvo tres títulos y alcanzó en este registro a la ecuatoriana Magdalena Caizabanda (vencedora en 1977, 1980 y 1981).
Inés aún no confirma su participación para el próximo año. Pero su ilusión es alcanzar un cuarto título que la acercaría a Marilú Salazar, ganadora en cuatro ocasiones.
Ahora se concentrará en el Sudamericano de atletismo para competir en 10 000 y 5 000 metros planos, en Lima. Luego se enfocará en los Juegos Panamericanos en Toronto (Canadá) y, posteriormente, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en el 2016. “Me siento muy contenta. El triunfo me da confianza para mis próximos retos”.
Con su victoria de ayer está segura que puede alcanzar el título en los Panamericanos. Pero su gran sueño es destacarse en unos Olímpicos. A este torneo -en Brasil- ya tiene el cupo para los 5 000 y 10 000 metros planos y la maratón.
Con ello cree que estaría satisfecha. Después, estima que sería conveniente obtener el grado de la carrera de derecho y, quizás en algún momento, ejercer esa profesión.
Por ahora está feliz con imponer nuevas marcas en los países sudamericanos.