Conducir una moto es una experiencia muy gratificante. Muchas personas lo hacen por trabajo, por diversión, o simplemente porque la han escogido como el vehículo ideal para su movilización urbana diaria por su versatilidad, economía de operación, ahorro de espacio y demás criterios que motivan su utilización.
No obstante, esta actividad implica una gran responsabilidad por parte del conductor respecto del cuidado de su integridad y de la de su acompañante, si lo tuviera. Además de evitar un manejo temerario y no incurrir en prácticas consideradas peligrosas, está obligado a llevar la indumentaria adecuada para protegerse ante la eventualidad de una caída o de una colisión con otro vehículo.
El mercado de complementos y accesorios ofrece una gran variedad de alternativas entre cascos, chaquetas, botas, protectores, etc., pero no todas ofrecen la protección requerida. Siempre es preferible pagar algo más y adquirir prendas certificadas por organismos internacionales.
Antes que como un gasto, esto debe ser visto como una inversión en seguridad. Un elemento de calidad puede marcar la diferencia entre una experiencia dura y otra de consecuencias lamentables.