Fue un primer tiempo de miedo. Barcelona tuvo una de sus peores presentaciones del año. Ayer, en Sangolquí, Independiente degustó un festín canario y lo goleó 3-0.
A los 7 minutos, el zaguero Jayro Campos abrió el camino de incertidumbres amarillo. Campos metió una pelota en la propia puerta para la ventaja local. Ese error de Campos instaló la sensación de inseguridad en la defensa. Después de eso, hubo miedo en cada desborde de Fernando Guerrero y de Júnior Sornoza.
A los 15’, el árbitro Samuel Haro dictaminó un tiro penal en favor de los locales. Hubo un supuesto empujón de Campos sobre Luis León. Sornoza ejecutó el penal y convirtió el 2-0. Los goles fueron la confirmación de la superioridad de Independiente.
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Producto de la desesperación porque Barcelona no tenía la pelota se dio una jugada polémica. Roosevelt Oyola cometió una falta contra Sornoza y fue expulsado. Se armó una montonera para reclamar y también salió Michael Arroyo. De esa falta nació el tercer gol del club del valle.
Daniel Angulo aprovechó la velocidad de Sornoza y puso al 3-0 a favor de local. La desesperación consumió a los amarillos en las canchas y en las gradas.
Los hinchas comenzaron a ver en el árbitro al culpable de la presentación.
El segundo tiempo ya no fue lo mismo. Barcelona se cuidó que no le marcaran más goles y el local se dedicó a rotar el balón.
Llamó más la atención los incidentes en las gradas. La Policía no permitió el ingreso de los bombos de la hinchada torera y eso provocó que un grupo de aficionados no ingresaran. Desde las afueras del estadio, en el segundo tiempo, se lanzaron objetos hacia los graderíos.
Incluso en una de las puertas se lanzó una valla metálica (desde afuera del estadio) en contra de la Policía, que reportó dos uniformados heridos. Según el reporte preliminar hubo 8 detenidos.