Después del partido de España contra Albania, el jugador Gerard Piqué anunció que el Mundial de Rusia será el último encuentro del futbolista con el combinado español. Foto: AFP
Y Gerard Piqué se hartó. Después de más de siete años de alto rendimiento en la selección española de fútbol, el jugador del Barcelona llegó al límite de su paciencia con quienes dudan de su compromiso y anunció que dejará el equipo nacional tras el Mundial de Rusia 2018.
Las redes sociales pueden dar tanto como quitan, según se advierte en el conflicto de Piqué, un jugador activo en la red y amante de la exposición pública que, sin embargo, sufre cuando escucha su nombre en ciertos foros de debate que no le quieren.
El fútbol español continúa perplejo ante la inesperada decisión de Piqué, campeón mundial y europeo y uno de los pilares de los éxitos del combinado nacional en los últimos años. El jugador se presentó al partido del domingo ante Albania con las mangas cortadas.
Igual que compañeros como David de Gea y David Silva. De pronto, las redes sociales se inflamaron con comentarios de detractores del defensor catalán, quienes argumentaron que se había cortado las mangas para no enseñar los colores de España.
Los programas de radio amplificaron las críticas, aunque estaban basadas en una premisa falsa. La Federación Española de Fútbol (RFEF) defendió a su jugador con una vehemencia no utilizada en otros conflictos anteriores.
“Al contrario de lo que han indicado algunos comentarios malintencionados en los que se acusaba al jugador español de cortar sus mangas para evitar vestir un remate con los colores nacionales, la RFEF quiere aclarar que dicho remate solo existe en la camiseta Adidas de mangas cortas, y no en la de mangas largas, que es la que usó Piqué en el encuentro”, explicó en un comunicado oficial.
Un responsable de la RFEF le comunicó al jugador la polémica durante el descanso del encuentro y Piqué, que dijo haber mutilado su vestimenta porque le venía corta y le molestaba, explotó tras la victoria. “El Mundial de Rusia va a ser mi último compromiso con la selección y espero poder pasarlo tranquilo. No es una decisión de hoy ni mucho menos”, manifestó el central tras el triunfo 2-0 de su selección, una victoria opacada por la polémica.
“Es la gota que colma el vaso. Necesito también que la gente esté detrás”, añadió. “Es una más después de muchas. Yo he intentado darlo todo siempre y creo que no hay ninguna duda. Hay gente que considera que es mejor que no esté”.
Su seleccionador, Julen Lopetegui, apoyó a su jugador: “Si es cierto lo que me han contado, no es serio. Yo también entiendo a Piqué”. El jugador llegó hasta este punto después de varias polémicas, tanto por sus bromas al gran rival del Barcelona, el Real Madrid, como por su posición política, que sus críticos ubican cerca del independentismo catalán.
No obstante, el futbolista nunca se ha mostrado abiertamente favorable a la independencia de la región del noreste de España, sino que únicamente ha apoyado la realización de un referéndum en Cataluña para decidir la cuestión. Así, hace tiempo que es habitual que un sector de la hinchada española abuchee al jugador del Barcelona en entrenamientos y partidos.
En la Eurocopa, las redes y algunos medios criticaron un supuesto gesto ofensivo con su dedo central durante la interpretación del himno antes del España-Croacia, algo que se demostró falso ya que el jugador solo estaba crujiendo sus dedos. Otros le critican que durante el himno mire al suelo.
También causó polémica que el jugador participara en 2014 en las manifestaciones del 11 de septiembre, fecha en la que se celebra el día de Cataluña y que aquel año estuvo marcada por la petición masiva de una consulta sobre la independencia de la región. Piqué publicó entonces una foto junto a su hijo, que vestía una camiseta del Barcelona con la “senyera”, la bandera catalana.
Durante la última Eurocopa, sin embargo, su hijo fue fotografiado también con la camiseta de la selección española. Piqué está harto, aunque ese enojo no le impedirá seguir jugando con la selección española dos años más. “Ganar un segundo Mundial sería la hostia (tremendo)”, dijo el domingo.
Hasta que el evento llegue, es fácil suponer que la polémica seguirá acompañando a Piqué, con plebiscitos continuos en cada campo español en el que juegue. Ruido y más ruido hasta el final.