En el Manchester United parece imparable. Antonio Valencia ha mostrado un gran nivel en su club desde que inició la temporada. Es un hombre de confianza para el técnico David Moyes, que lo tiene de titular en el torneo local y también en la UEFA Champions League.
Durante la jornada del martes del torneo copero, el ecuatoriano asistió en el gol de Robin van Persie y convirtió uno más en la goleada 4-2 sobre el Bayern Leverkusen.
Al inicio de la temporada, parecía que el volante no tendría cabida en el equipo principal de los llamados ‘Diablos Rojos’. Volvió tarde de sus vacaciones en Ecuador y se perdió parte de la pretemporada en su gira asiática. Además de que en portales deportivos británicos, se anunciaba una probable salida del equipo. Finalmente, apareció de titular en el primer partido de la Liga inglesa y desde entonces demostró su valía.
Este año lleva un gol en su cuenta y 18 en total desde que llegó al Manchester en agosto del 2009.
En total, Valencia ha disputado (con el último de la Champions) 117 partidos desde su ingreso al club británico. Estos datos motivaron al DT Moyes también a seguir confiando en el ecuatoriano, que fue fichado con la venia del mítico entrenador Álex Ferguson.
Sin embargo, lo que realiza con el Manchester United contrasta con lo que hace actualmente en la Selección, en donde muestra altibajos bajo las órdenes del DT Reinaldo Rueda. Con la blusa de la Selección Ecuatoriana de Fútbol ha jugado 47 cotejos y ha marcado cuatro goles.
Esos altibajos se evidenciaron en las dos últimas jornadas eliminatorias. En Barranquilla ante Colombia (6 de septiembre), por ejemplo, exhibió el mismo despliegue físico que tiene en su club. Desbordó por la derecha cuanto tuvo oportunidad, levantó centros y peleó en la recuperación del esférico. Incluso, se convirtió en delantero.
Pero, en la altitud de La Paz (10 de septiembre) tuvo complicaciones para dominar el balón, proyectarse y mostrar ese talento característico en él. El DT Rueda lo justifica justamente con la influencia que tiene el jugar en al nivel del mar y el hacerlo en la altitud.
En Quito también ha padecido con esos problemas. Y a pesar de estas limitaciones, procura contrarrestar los efectos de la altitud controlando la respiración y dosificando energías. Así lo hizo, por ejemplo, contra Argentina en Quito. En ese cotejo siempre se proyectó por la derecha y al volver lo hizo caminando con las manos en la cintura e inhalando profundamente… y empezaba su carrera de nuevo.
Estos hechos demuestran que hay un Antonio Valencia con su club y otro en la Selección. Solo se espera que el partido clave contra Uruguay en Quito, el 11 de octubre, aparezca el volante de los ‘Diablos Rojos’ brillando con la blusa tricolor.