Un sereno Lionel Messi, con un doblete, lideró ayer la épica remontada del ‘Barça’, que goleó 4-0 al Milan y se clasificó a los cuartos de final de la Liga de Campeones tras voltear el 2-0 adverso de la ida.
“A esta generación le falta una remontada”, dijo el volante Xavi Hernández tras la dura derrota sufrida por el Barcelona en la ida. Ayer la logró, con un fútbol magnífico durante 70 minutos y con sufrimiento al final. Y el Camp Nou estalló en lágrimas de alegría.
Fue el Barcelona de las grandes ocasiones. Alentado por un campo en llamas, el equipo azulgrana mejoró notablemente la versión ofrecida en el último mes y fue el viejo Barcelona, ese equipo que presiona en campo contrario, que recupera el balón inmediatamente, que mezcla el juego por bandas, que tira paredes a velocidad de vértigo, que juega vertical…
Y también fue el Barcelona de Messi, porque el argentino rindió a plenitud, como le pedían sus millones de incondicionales. Ayudado por los inteligentes movimientos de David Villa, el argentino se alejó un poco del área para participar más en el juego de su equipo.
Y solo necesitó cinco minutos para marcar. Ocurrió en la jugada más conocida del Barcelona, que llegó a la frontal del área tirando mil paredes. El balón cayó en los pies de Messi, quien soltó un latigazo que Abbiati ni vio y el balón entró por la escuadra.
Para entonces, el Milan vivía en su área y su rostro era la viva imagen del pánico. Dominado por la presión -del rival y de la grada-, sus jugadores no conseguían juntar dos pases y todo acababa pronto en las botas azulgranas.
El Barcelona sumó una, dos, tres y cuatro llegadas en 15 minutos y Andrés Iniesta, el mejor socio de Messi, estrelló un balón al palo en plena catarsis local.
El Milan pareció mostrar una cara algo más ambiciosa en el inicio de la segunda mitad, pero un nuevo golpe, a la postre definitivo, le devolvió al piso. A los 55 minutos, Mascherano se anticipó prodigiosamente, el balón pasó a Xavi Hernández y este puso un espléndido balón sobre Villa, quien definió con categoría.
Y para cerrar esa jornada, que puso a delirar a los hinchas, estuvo Jordi Alba con el cuarto gol.