El operativo policial para brindar seguridad al partido entre LDU y Deportivo Quito se inició ayer 10 horas antes del encuentro. 584 uniformados, de los 300 inicialmente previstos, iniciaron su trabajo a las 09:00.
Lo primero que hicieron fue organizar la venta de la taquilla. Junto con los directivos de los dos planteles capitalinos, acordaron que los hinchas de la Liga de Quito, que jugaban como locales, se ubicasen en las áreas de preferencia, general, tribuna y palco. Mientras, a los seguidores de ‘La Academia’ se les direccionó a la general sur occidental.
Luego, los uniformados (29 oficiales, 355 policías y 200 aspirantes) realizaron el denominado barrido por los graderíos del estadio. “El objetivo fue revisar que no hayan ingresado botellas de cristal y petardos, que pueden causar daños”, explicó el mayor Mario Torres, jefe de Operaciones del Comando de Policía de la provincia de Imbabura.
Paralelamente, en la mañana se armó un cerco de 200 metros en torno al estadio Olímpico Ciudad de Ibarra. Solamente estaba permitida la circulación peatonal.
Los miles de aficionados (más de 12 000 personas estuvieron en las gradas) comenzaron a ingresar desde las 10:00. A partir del mediodía formaron largas filas por los accesos del estadio. Policías a pie y en 17 caballos, que fueron traídos desde la Unidad de Equitación de Quito, vigilaban que se respetasen los turnos y no hubiese incidentes.
“El uso del caballo es una técnica para influir psicológicamente en las personas”, explicó un jinete vestido con un traje especial antimotines negro.
Hasta las 20:00 no se reportaron incidentes, según Torres. Sin embargo, aclaró que la tarea continuaría hasta que las barras de los dos planteles se retirasen. Es decir, al menos dos horas después de terminada la contienda.
Para la salida de las denominadas barras bravas también se utilizó una estrategia. Estaba previsto que primero abandonaran el estadio los hinchas del Quito, que fueron minoría ayer. Y luego, con media hora de diferencia, los seguidores albos.
En el campo de juego, además, se ubicaron 63 bomberos y siete miembros de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Según el teniente Boris Cano, del Cuerpo de Bomberos de Ibarra, ellos tienen a su cargo aportar a la se-guridad y brindar primeros auxilios en caso de emergencia. También ayudaron a los jugadores lesionados.
Aunque en Ibarra no es usual un amplio despliegue de seguridad, las características de clásico quiteño, que convoca a miles, así lo ameritó, aseguró el coronel Edmundo Merlo, comandante de Policía de Imbabura.
El clásico 150
Ayer fue la primera vez que el clásico entre Liga de Quito y Deportivo Quito se jugó en Ibarra. Fue el duelo 150 de la historia.
Liga fue local en la capital de Imbabura porque su estadio fue sancionado con una jornada de suspensión por la Ecuafútbol.