Mi carrera la inicié en las divisiones menores de Emelec en 1996. Además, realicé cursos FIFA a escalas nacional e internacional como formador de talentos. Eso me ha permitido hacer un mejor trabajo con los chicos que están empezando en este deporte y aportar con el país.
La evolución del fútbol ecuatoriano ha permitido que haya más oportunidades, competencias nacionales e internacionales, para que los futbolistas tengan un roce de alto rendimiento. Ahora, existe inversión en infraestructura por parte de escuelas privadas y eso permite un mayor tiempo de competencia en las categorías menores, por la gran cantidad de clubes y escuelas privadas.
En esta área tratamos de encontrar una personalidad para que los jugadores maduren en lo futbolístico y se puedan tener bases para los jóvenes que vienen atrás y que así puedan triunfar en el futuro.
Representar a todo un país es un orgullo, pero sobre todo es una responsabilidad, porque no se trata de llegar y disputar un torneo. La intención del cuerpo técnico es aportar con conceptos básicos de fútbol.