Fue una mezcla de talento y picardía. Dominó el oficio de portero: volaba, tenía reflejos, era eficiente en los penales, estaba bien ubicado… Pero también jugaba con la lengua, charlando con el árbitro, advirtiendo al rival, animando a sus zagueros… José Francisco Cevallos dejó la huella más honda de un arquero ecuatoriano.
‘Pepe Pancho’ se retiró ayer del profesionalismo, tras 21 años de una carrera con cuatro títulos nacionales, cuatro títulos internacionales, asistencias a los mundiales (selecciones y clubes) y 89 cotejos con la Tricolor.
En estas páginas se recogen algunos ejemplos del desempeño de Cevallos como guardameta, el puesto más difícil del fútbol, el más ingrato de todos (el delantero falla 10 veces, pero si anota dos goles sale aplaudido; el arquero acierta 10 veces, pero si concede un gol es vapuleado).
Cevallos tuvo como primer maestro a su padre, Bolívar, y como primer colega a su hermano Álex, quien también fue profesional, luego heredó los guantes de Carlos Luis Morales, tanto en Barcelona como en la Tricolor.
Con Barcelona el golero atajó 499 partidos (439 a nivel local y 60 por las copas). Con Azogues tapó en 40 partidos locales. En Liga atajó en 78 partidos (48 por torneos locales y 30 en copas) y en el arco de la Selección estuvo presente en 88 juegos.
Liderazgo. Cevallos fue capitán en Barcelona y, ocasionalmente, de la Tricolor. Era habitual que diera aliento al equipo en los camerinos.
Diplomático. Viajó a Colombia, con Álex Aguinaga e Iván Hurtado, a convencer al ‘Bolillo’ Gómez para que regresara a la Tricolor, en el 2001.
En Liga. Aunque no fue capitán de la ‘U’, fue uno de los encargados de aconsejar a los más jóvenes. También ayudó con actos benéficos.
Con la prensa.
Generalmente fue cordial, tuvo pocos incidentes con los medios. El más fuerte: cuando invitó a William Ludeña a golpearse.
Palmarés. Cevallos fue campeón nacional con Barcelona (tres veces) y con Liga (una vez). Ganó las Libertadores, Recopa y Sudamericana.
La quema de tiempo.Cevallos fue un maestro en el manejo del tiempo. Su momento culminante en esta faceta fue en la final de la Copa Libertadores del 2008, cuando rezaba antes de que cada jugador de Fluminense pateara la pelota.
Los penales. Cevallos atajó tres penales en la final del 2008 ante Fluminense. El primero fue a Conca. El segundo fue a Thiago Neves. A este último, Cevallos lo distrajo con un reclamo al árbitro cuando Neves se disponía a patear.
El penal del título. En el disparo de Washington, Cevallos volvió a rezar en las mallas.Luego, ya de pie, a la espera del remate, dio cuatro saltitos en la línea de meta, antes de dar un paso al frente y detener el balón. Fue el Maracanazo.
Valentía. Cevallos fue un arquero eficiente cuando tenía que descolgar el balón en un centro. No era infalible, pero aportaba seguridad. Tampoco tenía problemas en chocar con los rivales. Aquí, atajando para Barcelona.
La ubicación. Con los años, Cevallos se convirtió en un meta que prefería jugar bajo los tres palos. Sus reflejos para atajar balones que parecían gol siempre respondieron. Para esto fueron claves su altura (1,82 m) y el cuidado de su salud.