La vida del mediocampista Xavier Intriago tocó fondo hace dos años. El alcohol, la fama, el dinero y la inmadurez trastocaron su carrera futbolística y lo obligaron a anticipar su retiro de las canchas.
Su descenso profesional empezó en 2008 cuando militaba en Liga de Portoviejo. Los constantes retrasos e inasistencias a los entrenamientos provocaron fricciones con sus compañeros y con el cuerpo técnico del club.
Intriago llegó al equipo manabita después de un paso fugaz y también conflictivo por el Deportivo Quito, para buscar el ascenso a la Serie A del campeonato.
Pero quedó al margen del grupo debido a que constantemente llegaba a las prácticas con olor a alcohol. “En ocasiones iba directamente de las fiestas a los entrenamientos”, recuerda el volante, quien volvió al fútbol en esta temporada vistiendo la camiseta del Rocafuerte.
En ese momento, Intriago cortó su carrera y con eso aparecieron los problemas económicos. En Bahía de Caráquez , su ciudad natal, se convirtió en chofer y fiscalizador de una cantera de materiales pétreos. Ahí trabajó dos años aproximadamente.
“En ocasiones no teníamos para comer y esa situación alteró incluso mi matrimonio”, confiesa el jugador que militó además en Liga de Loja, Macará y Éspoli.
Pero su caída empezó mucho antes. La etapa más difícil, según reconoce su esposa, María Belén Mogro, fue en 2004 en Emelec, cuando su carrera se encontraba en su mayor apogeo.
Había sido el volante de creación y una de las figuras de la selección juvenil Sub 20 que en el 2001 participó en el Mundial de esta categoría en Argentina. “No supo manejar la fama. Pensó en ese momento que lo que tenía le iba a durar para siempre y no fue así. Perdió todo, incluso la confianza que tenía en él”, recuerda con nostalgia María Belén.
La vida de Intriago no solo estaba entregada al fútbol sino también al alcohol y a las fiestas.
Cuando jugaba en el Deportivo Quito, recuerda, un fin de semana después de un partido en la Capital desapareció dos días y cuando regresó a la casa insultó y maltrató a su familia.
Su esposa cuenta que en varias ocasiones no tuvieron dinero para la comida y la leche de sus hijos. Durante esa crisis, las ayudas económicas de la familia de Intriago y la de ella fueron fundamentales para subsistir.
El jugador recuerda que en Deportivo Quito y Emelec llegó a ganar hasta USD 8 000, pero ahora su sueldo en Rocafuerte no supera los USD 2 000. “Nunca ahorré. Toda la plata me la gasté en alcohol y fiestas”, dice con un tono que denota arrepentimiento.
Cuando estuvo en Emelec, tenía tres carros y vivía en un departamento de lujo en las torres del hotel Hilton Colón. Ahora vive en un modesto departamento de la ciudadela Orellana y se moviliza en bus y en taxi.
Después de pasar por una fuerte crisis emocional producto del consumo de alcohol, empezó a asistir al grupo Jesús la Roca, en Bahía de Caráquez.
Su retorno al fútbol se lo debe al técnico Humberto Pizarro, quien lo formó en las divisiones menores de Emelec, estratega del equipo cementero.
Llegó a prueba al club guayaquileño con un sobrepeso, pero después fue bajando, hasta recibir el visto bueno del DT y firmar un contrato por un año.
Luis Moreira pensó en el retiro ante la falta de ofertas
El ‘Tony’ Moreira se quedó sin equipo cinco meses, a finales de 2009, después de un paso sin fortuna por el Deportivo Azogues. La falta de interés de los clubes nacionales por sus servicios lo hicieron pensar en el retiro.
El mediocampista considera que ha sido un jugador sin suerte. Este año la historia de su carrera futbolística cambió. A diferencia de otras temporadas, fue a él a quien le tocó tocar la puerta de los clubes nacionales.
María José Gavilanes, su esposa, reconoce que el anterior fue el peor año en la carrera futbolística de Moreira. La inestabilidad laboral preocupó a toda la familia.
En total, el jugador manabita mantuvo negociaciones con 10 equipos, entre ellos el Deportivo Pasto, de Colombia, y Gimnasia y Esgrima de Salta, de Argentina. Con ninguno llegó a un acuerdo económico.
El retiro estaba decidido pero lo detenía el hecho de no saber qué hacer después de dejar de jugar. “Habíamos pensado en instalar canchas de césped sintético o en abrir un gimnasio”, recuerda su esposa.
Pero no contaba con los recursos económicos necesarios para emprender ninguno de esos negocios. Por eso, decidió tocar la puerta del Rocafuerte.
Pizarro lo autorizó para que se entrenara en el conjunto cementero. A él también lo había dirigido en la formativas de Emelec, pero debido a que no había destacado en sus clubes anteriores lo puso a prueba por dos semanas.
Cuando estuvo listo física y futbolísticamente firmó contrato con el club por un año y en su debut marcó el gol del triunfo frente al Municipal de Cañar.
El ‘Tanque’ volvió por pedido de su hijo Jam
La última vez que Eduardo Hurtado jugó un partido oficial de fútbol profesional fue en 2008 con el Técnico Universitario.
Pero su retiro del fútbol lo realizó en la Segunda categoría de Guayas. Un año después de pasar por el ‘Rodillo’ fichó para el San Camilo de Los Ríos.
Este año es la contratación estelar en la Segunda categoría. El Club Sport Patria lo convenció para que sea su centrodelantero.
A los dirigentes del equipo guayaquileño les costó poco esa tarea. Su hijo Jam, de 10 años, le pidió que retome su carrera en vista de que nunca lo había visto jugar profesionalmente. “Mis otros hijos lo molestaban y le decían que era un desafortunado porque no me había visto en acción, por eso decidí retornar”, confiesa el ex atacante de la Selección.
El pedido conmovió al ‘Tanque’ y aceptó la propuesta inmediatamente. Aunque no quiso decir cuánto costó su fichaje, Carlos Andrade, presidente de la Comisión de Fútbol, aseguró que es el jugador más caro del equipo. Patria tiene un presupuesto anual de USD 200 000.
El atacante asegura que su retorno no responde a razones económicas. Él tras su retiro se dedicó a comprar y vender propiedades. En Guayaquil tiene cuatro departamentos y tres casas de alquiler que adquirió cuando aún jugaba profesionalmente y que ahora son su sustento.
Andrés Justicia tuvo un prematuro descenso
Un desgarre de cuádricep de la pierna derecha le impidió volver al equipo principal de Barcelona en la era del técnico español Benito Floro, a inicios del año pasado.
Justicia, de 21 años, no solo tuvo un prematuro debut en el equipo ‘canario’ ( a los 16 años), sino también un prematuro descenso en el balompié nacional.
Después de la lesión que sufrió quedó sin espacio en el primer equipo y en las divisiones formativas del conjunto torero. En ese momento empezó el descenso en su carrera.
La falta de propuestas, recuerda, lo llevaron a considerar si debía seguir jugando fútbol. Pero el Deportivo Quevedo le dio una nueva oportunidad en 2009, en la Segunda categoría de Los Ríos.
Sus destacadas actuaciones hicieron que este año cumpliera su objetivo: volver al fútbol de primera. En enero firmó un contrato de seis meses con Grecia de Chone. Después espera negociar su vinculación al Manta.
Sus trayectorias deportivas
Andrés Justicia se formó futbolísticamente en Barcelona. Subió al primer equipo en 2004, junto a ocho juveniles más, después de que el presidente del club, Isidro Romero, separó a un grupo de jugadores por indisciplina.
Quedó fuera de Barcelona tras la llegada del técnico paraguayo Mario Jacquet. A inicios de año estuvo a punto de vincularse al Municipal de Cañar, pero la oferta del Grecia lo sedujo.
Se mantuvo en el primer equipo canario por un año. Su ascenso tuvo el visto bueno de Jimmy Montanero, DT interino de Barcelona.
Xavier Intriago empezó su carrera en Emelec. Tras su salida del conjunto millonario jugó en Éspoli, Liga de Loja, Deportivo Quito, Liga de Portoviejo y Macará de Ambato.
Luis Moreira pertenece a la camada conocida como los ‘extraterrestres’ de Emelec. Vistió las camisetas de clubes El Nacional, Deportivo Quito y Deportivo Azogues.
Eduardo Hurtado ha jugado en 21 equipos a lo largo de su carrera, entre Ecuador, Estados Unidos, México y Europa. Su último equipo en la serie A fue el Técnico Universitario en 2006.
Empezó su carrera a los 17 años en el Centro Juvenil Deportivo de Esmeraldas, en la Segunda categoría. Su primer club en el exterior fue el Saint Gallen Suiza, en 1993. También estuvo en Norteamérica y en el San Camilo, los dos de Segunda.
En la Selección, jugó en 74 ocasiones. Debutó el 24 de mayo de 1992 en un amistoso frente a Guatemala, ahí anotó su primer gol con la Tricolor.