No fue un pronóstico, y menos aun el resultado de una adivinanza: en la columna de la contratapa de la edición del 3 de octubre pasado en el diario Ovación, lo expuesto como reflejo de lo que uno ha visto, vivido, y aprendido, ¿por qué no?, a lo largo de 10 mundiales, estuvo en sintonía con lo expresado por Sebastián Bauzá en Radio Carve anteayer.
Es que, a la luz de lo ocurrido en materia organizativa con la Copa América, el presidente de la AUF puso en duda que el Mundial del 2030 pueda ser realizado en forma conjunta -como se proyecta- por los vecinos del Plata, o sea con Argentina.
Nueve meses atrás, el planteo periodístico fue que, aun en el caso de que a Uruguay le diera la nafta para bancar la infraestructura y la logística que requiere tan solo una de las no menos de las 12 sedes en las que habitualmente se desarrolla la monumental instancia, “hay una pregunta que nadie se hace: ¿la Argentina del siglo XXI, en default, puede hacerse cargo de la tarea más pesada?
La respuesta, entonces, fue: “En ese aspecto, es como cuando en los cuadros de barrio la defensa andaba mal y algún hincha gritaba: “¡Marquen a los nuestros!, que en esta empresa son los hermanos del Plata”.
Bauzá ahora fue a la Argentina, vio y… en vez de vencer, hablando del Mundial 2030, si no volvió derrotado, lo hizo desalentado; pidiendo “¡marquen a los nuestros!”, que en este caso son los argentinos, quienes en la faz organizativa de la Copa América anduvieron más mal que adentro de la cancha y van perdiendo por goleada. Estaba escrito. En el diario Ovación, 9 meses antes; el presidente de la AUF lo dijo -como si lo hubiera leído- en voz alta.