Seguro, la fiebre del Mundial de Fútbol que se juega en Sudáfrica tuvo mucho que ver. Pero no fue la única causa. El pobre desempeño en el campeonato, tanto de El Nacional como del Deportivo Quito, también tuvo incidencia. Lo cierto es que el sábado, a las 16:00, solamente 1 350 personas se animaron a asistir al Estadio Olímpico Atahualpa para observar el enfrentamiento entre estos dos elencos quiteños.Las dos vuvuzelas que alentaron el partido preliminar entre la Universidad Católica y el Deportivo Cuenca prolongaron su jolgorio a este partido. Y fueron las únicas que animaron el ambiente. ¿La razón? Tanto la Mafia Azulgrana, la barra chulla, como la Marea Roja, la barra fiel de los militares, estuvieron en silencio ; sin ese empuje y esa algarabía que les son características en las jornadas futbolísticas. No obstante, esta falta de energía solo se quedó en las gradas semivacías. En la cancha, en cambio, se desarrolló un partido intenso, emocionante, con un fútbol de buena categoría. El Nacional, ya sin aspiraciones serias en esta etapa del campeonato, puso sobre el gramado del Olímpico un equipo ambicioso pero equilibrado y paciente. Rubén Insúa, director técnico del Quito, que todavía lucha por obtener un cupo para la Copa Sudamericana, también diagramó una estrategia de ataque con los hombres que tenía disponibles.Sin embargo, la falta de jugadores como Fernando Saritama, Michel Arroyo y también de los argentinos Marcos Pirchio, Iván Borghello y Franco Niel mermó el poder ofensivo chulla.La táctica empleada por Óscar Perdomo Véliz Jare, el DT militar, también sirvió para frenar la embestida propuesta por Insúa. Perdomo plantó un 4-4-2 versátil, funcional y elástico. Con Wellington Sánchez y Marvin Pita con una doble tarea: defender cuando atacaba el Quito y propiciar los contragolpes de Cristian Suárez y Marlon de Jesús cuando la pelota llegaba a sus pies.Bajo estos parámetros, el partido tuvo dinámica, atrevimiento y ambición. Los 10 primeros minutos fueron de dominio azulgrana. Y el gol nació como consecuencia de ese empuje. Fue logrado por Mauricio Donoso a los ocho minutos. El hábil jugador chileno puso la firma a una gran jugada colectiva diseñada por Oswaldo Mina y Juan Carlos Paredes.El gol chulla actuó como un toque de dianas en el equipo militar, que soltó sus amarras defensivas y se lanzó al ataque con el ánimo de empatar el cotejo.Entonces los 1350 aficionados disfrutaron de un cotejo vibrante, con ataques de lado y lado. Los criollos lograron emparejar el marcador a los 33 minutos, luego de un gran remate de Flavio Caicedo desde 35 metros. Nueve minutos más tarde, este joven volante fue expulsado por caer en la provocación de otra joven promesa: Juan Carlos Paredes, de Deportivo Quito. El segundo tiempo no varió en intensidad ni emociones. Lo que hubo fue un cambio de timón: en Deportivo Quito no apareció el juego de Donoso. En cambio, en El Nacional apareció el veterano volante Wellington Sánchez. Él movió los hilos del partido hasta el pitazo final de Carlos Vera. De sus pies nació la victoria militar. Cobró un tiro libre que Xavier Chila depositó en la red.Pese a perder, el Quito accedió a la Copa Sudamericana de esta temporada. El cuadro azulgrana aprovechó la caída de Deportivo Cuenca e Independiente, que también buscaban un cupo.