Una marea de hinchas apoya a México en la Confederaciones
Sombreros charros y mucha alegría azteca. Los aficionados mexicanos mostraron su euforia durante su paso por Río de Janeiro. Marcelo Sayão/ EFE
Las banderas de Italia y de México coinciden en colores y disposición. Son tres franjas verticales en verde, blanco y rojo. En Maracaná, esto se prestó para la confusión en las gradas y no ayudó a distinguir a los hinchas de uno y otro equipo, que el domingo se enfrentaron por la Copa Confederaciones en Brasil.
Pero entonces había que mirar el color de las camisetas de los hinchas y acá se distinguían los aztecas, con sus casacas verdes. Las azules, de Italia, eran minoría.
Afuera del estadio, en las horas previas, fue lo mismo. Los pequeños bares que están alrededor del Maracaná, en la calle Eurico Rabello, estaban atiborrados de mexicanos, quienes dieron rienda suelta al consumo de cerveza, vigilados por la Policía para evitar desórdenes.
No pasó nada malo. Por el contrario, el ambiente fue de alegría, gracias al espíritu festivo de los mexicanos, quienes utilizaron varios de los símbolos más recurrentes de su cultura popular (sombreros, el mariachi, los trajes típicos, la música, el Chapulín Colorado...) para exteriorizar su emoción.
Se les preguntaba de dónde venían y las respuestas eran variadas. Había, claro, gente del Distrito Federal, la capital, y también los de lugares tan dispares como La Paz (Baja California, costa del Pacifico, en la frontera con EE.UU.), Aguascalientes, Puebla y demás.
Pero, tomando en cuenta la lejanía (México está a 10 horas en avión de las principales ciudades brasileñas) y la diferencia cambiaria, el viaje no es nada barato para los hinchas aztecas.
Hay un intercambio importante entre ambos países, potencias continentales. Cuatro vuelos directos diarios entre México y Río - Sao Paulo tienen ocupación al 80%, según informa Aeroméxico, una de las dos compañías que presta el servicio.
La agencia Mexticket, una de la especializadas en turismo deportivo, ofreció un tour para ver la primera fase y sus tres partidos (en Río, Fortaleza y Belo Horizonte) por USD 7 235, por persona, todo incluido y con las entradas en la categoría más barata (la 3) y hospedaje en hotel tres estrellas.
Los 'tour leaders' y representantes de agencia consultados no se ponían de acuerdo sobre la cantidad de mexicanos que llegó a ver la Copa Confederaciones, pero concordaron en que no había menos de 3 000.
En ese grupo se encuentran los viajeros independientes, como Gabriel Silva, del DF, quien acompaña a la Selección "cuando se puede", gracias a los ahorros que le deja su actividad como corredor de seguros. Silva explica cómo armó el viaje.
"Iba a venir con mi hermano, pero él entró a un nuevo trabajo y ya no pudo. Eso me dificultó todo, pero conseguí en una agencia de viajes virtual hoteles por USD 80, en promedio, en Río y Belo Horizonte. A Fortaleza (donde México jugará con Brasil, el miércoles) no iré y me quedaré haciendo turismo en Río hasta el viernes, cuando me voy a Belo Horizonte por tierra (viaje de 5 horas) para ver México - Japón". Este hincha de Cruz Azul cuenta que el pasaje hasta Río lo canjeó por millas y las entradas las adquirió por medio de una agencia de viajes, en su país. En total, dice que habrá gastado al final unos USD 2 500, incluyendo comida. Su regreso está señalado para el próximo martes. No conocía Brasil, eso me motivó más a venir, aparte que está medio difícil clasificar al Mundial", bromea.
Y para el Mundial se espera que la cifra de mexicanos se multiplique por 10. Cálculos de Embratur afirman que vendrán por lo menos 50 000 aficionados de ese país, es decir, casi el 10% de los 600 000 visitantes que Brasil espera tener para ese evento.
Desde mayo pasado, los mexicanos ya pueden entrar sin visa a Brasil. Con este detalle, se espera que se incremente los visitantes de dicho país para la próxima sede del Mundial, en el 2014.
Más sobre la Copa
El ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, afirmó que el Gobierno no tolerará manifestaciones que "intenten impedir los partidos" de la Copa Confederaciones, que ya ha enfrentado protestas por el alto gasto público en el evento.
Josep Blatter, presidente de la FIFA, no escatimó en elogios a la organización por los trabajos en el estadio Maracaná. "Es un escenario histórico y además está precioso", dijo Blatter, tras el partido entre Italia y México.