Rodrigo Paz era alcalde y practicaba uno de sus deportes favoritos: el tenis. Iniciaba la década del noventa y una lesión en su rodilla izquierda lo llevó a un consultorio de la antigua Dirección Nacional de Deportes (Dinader), en Quito.
El dolor era intenso tanto que apuró su chequeó. Fue atendido por primera vez en el consultorio del doctor Juan Barriga, de 54 años; quien laboraba en Dinader.
Una vez completada la revisión médica, Barriga hizo un diagnóstico que no le pareció a Paz. El galeno recuerda una respuesta de su paciente cuando le dio su criterio médico. “Don Rodrigo dijo: yo me hago los chequeos todos los años en una clínica en Estados Unidos. Ahí ya me hubieran dicho lo que tengo y que usted lo diagnostica”. Lo dijo con una pizca de enojo.
Entonces, la única recomendación del médico fue que no jugara tenis unos quince días para que aliviara su dolor. El paciente cumplió la orden a medias.
La primera autoridad de la ciudad de aquel tiempo volvió a jugar tenis al tercer día y la lesión recrudeció. Entonces Paz no tuvo otra opción que reaparecer, otra vez, por el consultorio de Barriga.
El galeno, a simple vista, anticipó el incumplimiento de la recomendación. Apuntó a la práctica del tenis como la principal causa de la lesión y cuestionó la inobservancia a su paciente.
Eso terminó de incomodar a Paz. Barriga, padre de tres hijos, tiene grabada la escena cuando un mes después de esa consulta, Paz regresó al consultorio a felicitarle por el acierto en el diagnóstico de la lesión. El informe médico coincidió con el estudio que se realizó en Estados Unidos.
Fue entonces cuando Paz le regaló una computadora, le felicitó y le hizo un planteamiento: que sea el médico de Liga de Quito.
Así, Barriga aceptó el reto y, 21 años después de asumir esa responsabilidad, confiesa que su amor es irrenunciable por el equipo albo. Hugo Mantilla, directivo que lleva 58 años en el plantel merengue (15 como jugador), recuerda a Barriga como un futbolista destacado en las divisiones formativas del equipo.
Uno de los logros del galeno, como deportista, lo obtuvo en 1977 cuando alcanzó el título de campeón en el torneo nacional juvenil de interclubes. “Por su profesión dejó el fútbol. Era un gran jugador y ahora es un gran médico”, manifiesta Mantilla.
Tras graduarse como médico en la Universidad Central, ‘Juanito’, como lo identifican algunos jugadores y pacientes, viajó a Argentina para estudiar un posgrado.
Lo hizo en una universidad de Buenos Aires, entre 1986 y 1990. Específicamente, fue en el Hospital Fernández. Allí estudió con una beca no reembolsable otorgada por la Municipalidad de Buenos Aires. Aunque le tentaron a quedarse dos años más con otra beca, él no lo aceptó.
Por sus cualidades de goleador o “puntero derecho mentiroso” como se autocataloga terminó de goleador extranjero en un campeonato de médicos, que se realizaba a nivel hospitalario.
Siempre coqueteó con el fútbol a pesar de las adversidades de vivir en tierras gauchas. Estableció un romance con Independiente de Avellaneda, equipo del cual también se confiesa ser hincha. Claro, sin faltar su fidelidad por Liga cuando ambos se enfrentan.
Con el reconocimiento de goleador en el torneo de médicos y el título de posgrado regresó al país. Esteban Paz, gerente de Liga, recuerda que su padre recomendó la vinculación al equipo luego del episodio marcado en el diagnóstico de su rodilla.
En ese hecho, que vinculó a Barriga con el cuerpo técnico, también influyó la relación de amistad que mantenía el especialista con otro directivo insignia de la ‘U’: Raúl Baca Bastidas. Ambos trabajaban en un mismo hospital.
Ahora la familia Paz, Liga y el médico guardan una estrecha relación de respeto y trabajo. Barriga es claro en algo: “cuando me retire no trabajaré en otro equipo de fútbol. No por lo profesional, pero sí por el sentimental, porque Liga ha sido mi vida”.
Las manos que operan , pero que también pegan duro
Las noticias de jugadores lesionados en Liga se generan desde el departamento médico integrado por doctores de diferentes áreas. A veces esa información, que entrega Barriga, suele ser lamentable por las lesiones, fracturas o contracturas. También alentadoras cuando hay altas médicas.
Una característica en los últimos tres años de la ‘U’ ha sido la cantidad de jugadores lesionados. Eso ha obligado al cuerpo técnico a escuchar cada día al detalle el reporte médico.
No hay una estadística de cuantos jugadores ha operado Barriga, pero sí hay muestras de gratitud de los deportistas que volvieron a las canchas tras graves lesiones.
Verbigracia es el caso Santiago Jácome. En el 2007, el ex zaguero de la ‘U’ y ahora gerente, regaló su camiseta a Barriga cuando el equipo se coronó Campeón del fútbol ecuatoriano.
La alegría y el sentimiento de gratitud de Jácome tenía razón, pues pudo jugar a pesar de haber sido sometido a tres operaciones. Las tres fueron delicadas: una fractura de tobillo, una ruptura de ligamento cruzado y una intervención del vasto interno.
No ha sido el único jugador que le regaló camisetas al galeno. Néicer Reasco también lo hizo. Esa gratitud le ha permitido coleccionar decenas de camisetas.
Patricio Urrutia, jugador, cuenta que el médico siempre es un puntal para la recuperación anímica. “Está siempre pendiente de cómo evoluciona una molestia. Brinda mucha confianza y es clave cuando uno está lesionado”.
Entre los jugadores consultados confirman que el ‘doc’, como también le llaman, no se enoja y, si es el caso, acompaña a las consultas con otros médicos de confianza, que tiene cada jugador.
Alejandro Mur, preparador físico, detalla que Barriga es muy cuidadoso en su trabajo. Nadie en Liga recuerda un episodio de desacuerdos entre jugadores y el médico. Sin embargo, en el historial de su comportamiento en la cancha registra dos antecedentes.
El uno ocurrió en Cuenca, en el 2003, cuando se registró un incidente con un camillero.
Todo empezó cuando un futbolista de Liga cayó al piso y Barriga lo atendía con el fisioterapista Fernando Iza. Este último evitó el trasladó rápido del jugador al colocar un seguro en la camilla. Uno de los camilleros reaccionó en contra del médico y Barriga lo soñó de un solo puñete.
El problema se agrandó. Incluso, hubo una orden del Intendente de Cuenca para que Barriga sea detenido. Un policía que los trasladaba se declaró hincha de Liga y apoyó para que no sea detenido.
El hecho le significó una lluvia de epítetos desde las gradas ese mismo instante del lío y hasta meses después, cuando volvió, los hinchas ya le identificaban y le insultaban incluyendo su apellido.
La otra sanción la recibió por haber golpeado al preparador físico de Liga, Alejandro Valenzuela. Eso ocurrió en Ambato y la fuerza de sus puños marcaron el rostro de su compañero del mismo cuerpo técnico. Fueron otros 30 días de expulsión.
Así Barriga ha demostrado la habilidad de sus manos en las cirugías y la fuerza de sus puños en los golpes. Esta temporada del 2011, Barriga termina el año con arduo trabajo por la cantidad de lesionados y cirugías.
La exigencia no ha afectado su entorno familiar porque sus hijos Belén, Lorena y JuanAlfonso (y un nieto) lo acompañan en su tarea. En su familia todos son hinchas de Liga.
Incluso, Barriga, bromea y cuenta que debió intervenir, no médicamente, para que su suegra, hincha del Quito, sea seguidora de Liga, el club de su vida .
El área médica. En Liga de Quito se asigna un médico, un fisioterapista y psicólogos para las categorías 12, 14, 16, 18 y, además, el equipo de reserva.
Marco Lascano. El doctor Lascano (foto) también colabora en el área médica del equipo de primera. En sus funciones es además nutriciólogo en todas las categorías.
La Comisión.
La Comisión Médica de Liga de Quito, que es parte del organigrama institucional del equipo albo, está encabezada y dirigida por el doctor Alfredo Jijón y hay otras áreas.
Apoyo médico.
El doctor Jijón, por ejemplo, apoya en el área de ginecología a las esposas de los futbolistas que son parte de Liga de Quito. El apoyo consiste en chequeos gratuitos.
Otros doctores.
El oftalmólogo Pablo Solano colabora y brinda y atención sin costos. Diego Andrade es el galeno encargado en cirugías y hay otras áreas de apoyo.
El complejo.
En el complejo de Pomasqui, además de las canchas, hay consultorios médicos equipados con todas las facilidades gracias al apoyo de la dirigencia de Liga.