La amenaza de una bomba en la escuela que funciona en el Club Atlético Independiente de Avellaneda, colmó la paciencia de los hinchas del ‘rojo’. Ayer, cientos de fanáticos fueron hasta la sede del club para respaldar al presidente Javier Cantero y deplorar los abusos de la barra brava.
Desde hace una semana, Cantero ha tenido la valentía de enfrentar a los barras de Independiente, uno de los más peligrosos y que tiene como jefe a Pablo ‘Bebote’ Álvarez, temido por muchos de los presidentes que precedieron al actual y con quien debieron llegar a acuerdos (entradas, buses, protección, etc.).
A Bebote le dirigieron los cánticos de aquellos hinchas que se consideran legítimos y que no viven del club sino que pagan su entrada semanalmente o las cuotas del club. “Hay que saltar, hay que saltar, para Bebote a laburar”, era uno de los gritos. “Pagá la entrada la p… que te parió” fue otro de los de mayor aceptación.
La barra brava quería realizar su propia marcha. “Una actitud cobarde para instalar el miedo”, dijo el presidente, quien en la semana sintió cómo un grupo de 30, comandados por Bebote, irrumpía a patadas en la oficina de Cantero exigiendo que les devuelva sus beneficios.
“Claro que hay miedo cuando hay amenazas, pero no voy a dejar de cumplir mi rol”, añadió Cantero. El apoyo del fútbol ha sido unánime. Llegaron hasta la sede de la calle Mitre de la ciudad de Avellaneda, en el sur del Gran Buenos Aires, hinchas de muchos clubes, incluso identificados con camisetas.
Es que la actitud de Cantero comienza a llenar de ilusión a los argentinos que deben ir al fútbol con un miedo silencioso. Muchos quieren ver en el presidente de Independiente el inicio del fin de las barras organizadas.
Pero es un camino largo. Muchas de estas barras bravas mantienen vínculos con la política para cumplir con la función de fuerza de choque. El Jefe de Gabineta, Juan Abal Medina, se comprometió con Cantero a trabajar en conjunto para erradicar la violencia.