Forlán vivió una noche con todo tipo de condimentos tras la victoria de Uruguay por 1-0 ante México en la ciudad argentina de La Plata.
El triunfo no sólo permitió la clasificación de la “Celeste” a los cuartos de final de la Copa América, donde enfrentará a la Argentina, sino que también convirtió a Forlán en el futbolista con más partidos jugados con la selección uruguaya en la historia, con 79 presencias, superando al ex portero Rodolfo Rodríguez.
Sin embargo, el jugador del Atlético de Madrid se fue con un sabor agridulce, ya que no logró quebrar una sequía goleadora con la selección que arrastra hace más de un año y que lleva más de diez partidos, en coincidencia con una temporada irregular en el fútbol español.
El último gol con la Celeste fue el 10 de julio de 2010, cuando le anotó a Alemania en el partido por el tercer puesto del mundial de Sudáfrica y que ganaron los germanos por 3-2. Pero Forlán asegura no estar ansioso. “Ansiosos son todos ustedes que me preguntan siempre lo mismo, con los años que tengo y la experiencia no es la primera vez que vivo estas situaciones”, señaló a la prensa el delantero de 32 años.
Lo cierto es que el goleador tuvo anoche el arco entre ceja y ceja y se lamentó efusivamente por cada una de las oportunidades perdidas: un rebote que le quedó con el arco prácticamente libre, una definición que dio en el palo y recorrió toda la línea, un remate tapado por el arquero Luis Míchel, otro que se fue por arriba. Pero el arco parecía cerrado.
Al igual que Lionel Messi contra Costa Rica, Forlán fue elegido el mejor jugador del partido por las asistencias a sus compañeros, incluido el centro que terminó en el primer gol anotado por Álvaro Pereira. “Estoy jugando mucho más atrás que un 9 de área.
No estoy de delantero-delantero. Soy un 10 mentiroso, más armador de lo que dice mi puesto natural. Entonces no termino tanto las jugadas y eso hace que tenga menos chances de gol”, había explicado en una entrevista antes del partido.
En el partido contra México, ante la baja de Edinson Cavani y el ingreso del “Cebolla” Cristian Rodríguez, Forlán volvió a jugar más de punta, pero tampoco así vino el gol. “Lo primero que me vino a la cabeza fue decirle que por ahí el gol que no vino hoy ojalá que le venga el sábado, que va a ser mucho más importante”, dijo su compañero Diego Pérez.
“Es un jugador que necesitamos y mucho, que desequilibra en cualquier momento y él lo está sabiendo. Es un gran profesional y tiene mucha rebeldía”, analizó el volante de marca. Así lo entendió también el público uruguayo, que llegó en gran cantidad a La Plata para alentar a su selección y sobre todo a su máximo ídolo. “Ole, Ole, Ole, Diegooo”, arengó tras el remate en el palo de Forlán la hinchada uruguaya, que enloquecía cada vez que el rubio jugador, dueño absoluto de la pelota parada, se arrimaba a patear un córner.
El gol nunca llegó, pero los hinchas no se desilusionaron cuando un ovacionado Forlán fue reemplazado por Sebastián Abreu sobre el final. Es que saben que el goleador y mejor jugador de Sudáfrica 2010 puede destaparse en cualquier momento. Y qué mejor que en el decisivo clásico contra Argentina. Porque como dijo el propio Forlán: “Cuando entra una, después entran todas juntas”.