Un grupo de atletas ecuatoriano, desde hace seis meses, no pueden competir en torneos internacionales oficiales. ¿Cómo debería manejarse una correcta política deportiva en este conflicto?
En principio, el Estado no puede perder su soberanía y por lo tanto debe hacer respetar sus leyes. Pero dentro del gran marco de respeto a la Constitución y a las normas, pueden darse conversaciones para buscar un mutuo acuerdo.
¿Algo parecido a lo que ocurrió antes de los Juegos Olímpicos en Londres 2012, cuando los dirigentes involucrados en la pugna viajaron a Lausana, Suiza?
Sí, aunque todos sabíamos que era una solución momentánea, porque Ecuador corría el riesgo de no competir en los Juegos Olímpicos. Ahora hay que buscar nuevas fórmulas.
¿Como cuáles?
Los directivos del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) y de sus federaciones nacionales por deporte han hecho una excelente labor en unos casos. En otros han cumplido bien, regular y mal. Pero también es cierto que tienen un largo período en sus cargos. Eso, de alguna manera, genera un desgaste. El sentir del deportista, técnico, padre familia, amante de su disciplina o del dirigente común, en foros o conversaciones sociales, es hora de que se vayan. Repito, no porque hayan hecho un mal papel, sino porque ya cumplieron su ciclo. Siempre es bueno refrescarse con gente nueva y eso piensa la mayoría.
¿Cree que alguien ceda?
Lo seguro es que ni el COE ni el Ministerio del Deportes van a ceder fácilmente. Lo ideal fuera que el patriotismo del dirigente deportivo salga a flote. Por el bien del deporte ecuatoriano, de los deportistas, deberían decir doy un paso al costado, me retiro. Pero esperar que eso ocurra es complicado, tenaz.
¿La situación también se dificulta cuando el dirigente tiene presencia a escala internacional?
Claro, eso tiene repercusión. El club privado no va a querer así nomás perder sus canonjías. El Gobierno, a través del Ministerio del Deporte, tampoco puede dejar de hacer cumplir sus leyes, está en su derecho. Lo ideal para mí es que el dirigente asuma una actitud de patriotismo y renuncie.
¿Cuáles deberían ser las políticas públicas a favor del deporte?
El Estado, por intermedio del Ministerio del Deporte, está invirtiendo en el fomento de la alta competencia y también del deporte masivo.
La oposición habla de un derroche. ¿Cree que ocurre esto?
No creo que haya derroche de dinero. Sí creo que falta un mejor sistema de captación de talentos y de seguimiento para la conformación de selecciones permanentes. Se debe sacar provecho de los Juegos Nacionales de Menores, Prejuveniles, Juveniles y Absolutos. De por sí la competencia es buena; sin embargo, no es suficiente. Igual, tener escenarios no es todo, se requiere entrenadores, gente dedicada a las ciencias aplicadas al deporte, dirigentes… Para el desarrollo deportivo es necesaria la conjunción de esfuerzos.
¿Cómo evitar el clientelismo político dentro del deporte?
Ufff… El clientelismo político no es reciente. Nada extraño, muchos políticos se forjaron y utilizaron, de alguna manera, la dirigencia política como trampolín. Ese tema se puede evitar profesionalizando al dirigente deportivo, así se superará el rezago clientelar.
Gente vinculada al deporte se refiere a una falta de planificación con miras a los Juegos Olímpicos del 2016. ¿Es esto real?
No lo creo. El Plan Operativo Anual (POA) es necesario para cualquier erogación de dinero. El tema está en los contenidos de los planes, ir más allá, falta ese pasito de calidad antes que cantidad en el desarrollo del deporte. Es decir, a más de escenarios y leyes se requieren técnicos, jueces y dirigentes capacitados. El deporte es una ciencia y no un pasatiempo de fin de semana.
¿Cómo analiza la presencia de ex deportistas en las federaciones ecuatorianas por deporte?
La respuesta a esa pregunta la hago desde mi mundo académico. En la Universidad han ingresado profesores jóvenes con PhD, masterados… y los viejos con tanta experiencia se van. En la dirigencia es bueno tener gente joven que ha sufrido en carne propia siendo deportista, pero tampoco hay que dejar de lado a la experiencia, a los conocimientos acumulados, que hacen la gran diferencia.
Sin inclinarse a ningún sector, los deportistas y entrenadores empezaron a reaccionar y exigen una pronta solución al ‘impasse’.
Era de esperarse, el deportista no puede ser perjudicado de la manera en la que se impida competir en certámenes internacionales oficiales. Además, contradictoriamente, es el momento que más dinero existe para el deporte de alta competencia. Si las posiciones son tan encontradas y me temo que no se dé la reacción de patriotismo, se debe buscar ya en el ámbito político. Debería haber algún pronunciamiento.
Jefferson Pérez y Nicolás Lapentti, íconos del deporte ecuatoriano, se han pronunciado por aportar a la solución del problema como mediadores. ¿Es posible?
Indudablemente. Ellos y otros ex deportistas pueden mediar en la pugna, incluso ex dirigentes como Sabino Hernández, Oswaldo Salazar…, con amplia experiencia. Todos pueden colaborar, sin descartar a los actuales seleccionados nacionales de varios deportes.
¿Cómo reacciona un ex dirigente cuando sabe que un seleccionado no puede competir fuera?
Con bronca, con impotencia. Hablo en mi caso y debe ser igual en otros ex dirigentes, que pusimos todo nuestro empeño en una época más difícil, que no había las facilidades ni los recursos que hay ahora. Era un voluntariado absoluto, de servicio a la colectividad. La compensación era el triunfo deportivo.
En su época, ¿Ecuador compitió alguna vez con bandera blanca?
Sí, lo viví, cuando Danilo Carrera y Jacobo Bucaram fungían a la vez como presidentes del COE. Los líos surgieron tras la salida de la presidencia de Abdalá Bucaram. Hubo todo un movimiento para sacar a Bucaram del COE y desde ese entonces está Carrera. En los Juegos Bolivarianos de 1997 en Arequipa, Perú, Ecuador desfiló con bandera blanca y yo estuve en esa delegación. Fue doloroso, aunque los deportistas sí compitieron con el uniforme del país.
Hoja de Vida
Ernesto Cañizares Aguilar
Su biografía Nació en Guayaquil el 4 de junio de 1948. Fue presidente de la Federación Deportiva del Azuay durante dos periodos: 1984-1988 y 1992-1996. También ejerció la Presidencia de la Federación Ecuatoriana de Ciclismo.
Mi sugerencia es que las partes en conflicto dialoguen, pensando en el país y en los deportistas. Sin ceder a la soberanía nacional se puede buscar una solución.