David Moyes ha tenido que esperar 11 temporadas para ver ganar en Old Trafford al Everton, el club al que dirigió durante más de una década y que anoche le infligió una derrota desgarradora para su proyecto en el Manchester United (0-1).
El español Roberto Martínez, su sucesor en el Goodison Park, logró en 90 minutos la gesta que al escocés se le escapó durante diez campañas y abrió una nueva brecha en el vestuario del United, que hace aguas desde que Alex Ferguson abandonó el barco tras ganar su decimotercera Premier la pasada temporada.
Sin el veterano entrenador, que dirigía a los “diablos rojos” con mano férrea desde 1986, las estadísticas de uno de los clubes más laureados de Inglaterra se han desplomado.
Tras catorce partidos de liga, el United es noveno con 22 puntos, 12 menos que el Arsenal, líder, y ha marcado menos goles en casa (8) que el Sunderland, el colista de la tabla (9).
La “noche de miseria e indignidad” que vivió Moyes en Old Trafford, según los calificativos que utiliza la prensa británica, hace planear las dudas sobre la habilidad del escocés para manejar uno de los clubes con más peso del continente.
El balance de daños es aún peor para Moyes, de 50 años, ante la comparación con el trabajo al frente de su antiguo club de Martínez, de 40 y que va camino de sellar una de las mejores temporadas que ha conocido el conjunto de Liverpool.
El Everton está plantando cara a los grandes de la Premier y es quinto en la tabla con 27 puntos, los mismos que sus vecinos “reds”, que marcan el acceso a la Liga de Campeones, y uno menos que el Manchester City, tercero.
Esos buenos resultados retrotraen a los aficionados a la mejor campaña en la historia del club, la de 2004-2005, cuando el Everton cerró la liga cuarto y entró en una ronda previa de la Champions en la que fue derrotado por el Villarreal (4-2 en el global de la eliminatoria).
“He sentido desde el principio que este equipo es capaz de llegar a cualquier lugar en esta liga y enfrentarse cara a cara con cualquier equipo”, dijo Martínez tras un encuentro que fue “más que un partido” para él.
El asalto a Old Trafford pone fin a un “bloqueo mental que duraba ya muchos años” para el Everton, según el técnico español, que aseguró que “no podría estar más orgulloso” de los suyos.
La otra cara de la moneda al concluir el encuentro era Moyes, que sufrió durante el duelo la hostilidad de los que fueron sus aficionados hasta este verano y que con rostro circunspecto admitió que la derrota ante sus antiguos jugadores fue “dolorosa”.
“Sé que son un buen equipo. Hay muy buenos futbolistas. Estoy decepcionado por haber perdido, pero así son las cosas”, afirmó el escocés, consciente de que necesita ganar “una cantidad ingente de partidos” de aquí a final de temporada para terminar entre los primeros de la tabla.
La nota optimista para David Moyes es que en las próximas semanas afronta un calendario aparentemente asequible que le podría facilitar recuperar algunas posiciones en la tabla.
Los “diablos rojos” tendrán la oportunidad de redimirse ante su público la próxima semana ante un Newcastle que llega de perder 3-0 ante el Swansea y visitarán después al Aston Villa, que ha perdido cuatro partidos y ha ganado tan solo dos en el Villa Park.
Los siguientes exámenes para Moyes, que podrían definir el futuro del United esta temporada, se presentarán a final de enero, cuando el equipo visitará Stamford Bridge (18 de enero) y a principios de febrero, cuando viajará a Londres para enfrentarse al Arsenal, actual líder (11 de febrero).
A pesar de las turbulencias que está viviendo en la liga, Moyes puede refugiarse en los buenos resultados que ha obtenido hasta ahora en la Champions, en la que se ha asegurado ya el pase a los octavos de final, ronda que el United no supera desde hace dos temporadas.