La pobreza de fútbol que muestran Liga de Quito, Deportivo Quito y El Nacional en este campeonato, pone en alerta que los equipos de Pichincha están en crisis. No hay que ser ciegos a esa realidad. Todo lo contrario, hay que darse un baño de verdad y poner en una mesa las equivocaciones para de ahí sacar conclusiones urgentes para reencontrar el camino correcto.
La ‘U’, por su historia, debería estar más arriba del nivel de ahora. En estos meses solo araña empates, ha sufrido en su estadio y sus triunfos han sido más por actitud que por su juego. Y eso para su jerarquía es la antítesis que se da en el fútbol. Pero sus directivos y entrenadores sostienen lo contrario. Más allá de eso, el club tiene que mirar el futuro para recobrar su prestigio.
Y el Quito y El Nacional están en un escenario distinto, también pobre y caótico. Los chullas volvieron a mostrar esos desniveles que lo han caracterizado todo el año. Y aquí hay que puntualizar que los directivos tienen una responsabilidad directa al originar la inestabilidad en la cobertura de salarios.
El contraste pasa en el fútbol guayaquileño donde Barcelona ha ido recuperando ese prestigio de equipo batallador, aguerrido, característico en su identidad. Hoy los toreros lideran la segunda etapa, con merecimiento por su buen fútbol y calidad. Y Emelec también ha mantenido una regularidad que lo postula entre los favoritos para ganar la etapa.