El estatus del perfil de mensajería instantánea del BlackBerry de Damián Díaz fue ayer el mismo que el del fin de semana pasado.
Solo le aumentó una frase. Era una afirmación. “El fútbol da revancha… Y ojo, sí es así…”, escribió el mediocampista de creación de Barcelona.
El ‘Kitu’, como lo llaman al argentino de 26 años, dejó de ser villano para convertirse en héroe. El viernes 22 de junio erró un tiro penal decisivo ante Liga de Loja y anteayer, contra Técnico Universitario, marcó un gol acrobático y decisivo para su club.
Ayer Díaz descansó en su departamento ubicado en un condominio de una ciudadela de la vía a Samborondón, en el norte de Guayaquil.
A los guardias de la urbanización les dio una instrucción. Les dijo que si llegaban a buscarlo, dijeran que no se encontraba. Que lo buscaran hoy en el entrenamiento. Pese a eso, atendió la llamada de este Diario y habló sobre su momento en Barcelona.
Aprovechó el día libre que tuvo el equipo para dormir un poco más que lo habitual. Se levantó a las 09:30 y luego se preparó el desayuno. Se hizo dos tostadas con jamón y queso, un jugo de tomate y luego se tomó un mate argentino. A él le gusta la yerba rosamonte, que le envían sus padres desde Argentina.
El gol que le marcó al ‘Rodillo Rojo’ anteayer aún le da vueltas en la cabeza. César, su papá, lo llamó la noche del pasado domingo por teléfono, desde Buenos Aires, para felicitarlo por la anotación.
Ese tanto disipó un dilema que lo ha inquietado durante los últimos días. Hizo que decidiera quedarse en Barcelona. Existe ya un acuerdo entre Boca Juniors, club dueño de sus derechos deportivos, y los amarillos. Pero él tiene la última palabra. Eso fue confirmado ayer por el presidente canario, Antonio Noboa.
“Díaz está a gusto en Barcelona. El jugador tiene una proyección importante en el club ”, anticipó el directivo.
Pero los cuestionamientos y las críticas de la hinchada canaria lo inquietan. Dice que a él no le molesta que critiquen si juega mal o bien. Que lo que no le gusta es que se especule sobre su comportamiento fuera de la cancha.
“Lo que sí me incomoda es que a uno lo insinúen con cosas malas, fuera de la cancha. Se habla cada cosa”, confesó el jugador.