Carlos Vera proviene de una familia dedicada al arbitraje. Cinco miembros imparten justicia en las canchas de fútbol: el padre Ramón, más sus hijos Sandro, Carlos, Ángel y Félix pertenecen a este linaje manabita dedicado al referato.
Hoy Carlos es considerado el mejor árbitro ecuatoriano. Este año ha dirigido 32 encuentros, en los cuales ha sacado 140 tarjetas amarillas y 23 rojas. Tiene escarapela FIFA y está considerado dentro de los precandidatos para arbitrar en el Mundial 2014.
Ese membrete de mejor réferi ecuatoriano en la actualidad se refleja en que hoy dirigirá su segunda final del torneo local de manera consecutiva.
El año pasado Vera fue el juez central de la final entre Deportivo Quito y Deportivo Cuenca, en el estadio Atahualpa. En aquel cotejo, el manabita exhibió seis tarjetas amarillas. Los chullas lograron el título. Ahora, él será el encargado de garantizar el juego entre Emelec y Liga de Quito, en el estadio Capwell.
Con 34 años, Carlos Vera debutó profesionalmente en el 2003 y se hizo juez FIFA en el 2005. De hecho, ese año fue el primer árbitro ecuatoriano que pitó en una final de campeonato, después de ocho años en los cuales los clubes prefirieron a extranjeros.
Dirigió con éxito el cotejo Barcelona vs. Liga de Quito, en la definición del torneo Apertura, en un estadio Monumental repleto con 80 000 aficionados. Es el discípulo, hasta ahora, más brillante de su padre Ramón.
“A mí no me gustan las tarjetas, sino dialogar con los jugadores”, asegura el manabita. Carlos, como su progenitor, es profesor, pero sus mayores ingresos los obtiene del referato. Confirma que esas dos finales son las más memorables en su carrera.
Hubo un momento que considera trágico, que fue cuando falleció el niño Carlos Cedeño, en el clásico del Astillero entre Barcelona y Emelec en septiembre del 2007. Vera dirigió ese cotejo.
“Son cosas que pasan en partidos de alto riesgo, pero que no se desean. Ojalá y esta final sea solo una fiesta deportiva”, expresó el árbitro nacido en Junín.
Él estará asistido por Juan Bosco Cedeño y Luis Alvarado.