Ya lo había augurado el ‘Káiser’ Franz Beckenbauer y ahora lo confirmó el técnico Louis van Gaal: jugada casi la mitad del campeonato, el Bayern Múnich enterró las ilusiones de abultar su palmarés con un nuevo título.
“Si somos realistas, tenemos que apuntar al segundo o al tercer puesto”, admitió Van Gaal tras la increíble derrota de 2-0 a manos del Schalke por la decimoquinta jornada. En vista de los 14 puntos que lo separan del líder, Borussia Dortmund, el defensa Philipp Lahm recomendó a sus compañeros dejar de lado el tema del campeonato germano.
“Ahora, lo decisivo es pelear por una plaza para la Liga de Campeones. Porque es allí donde tiene que estar el Bayern”.
Después de conquistar el doblete y su título número 22, además del subcampeonato europeo con un vistoso fútbol ofensivo, el Bayern tuvo el peor comienzo de temporada. Van Gaal empezó la preparación en julio sin 13 jugadores internacionales que participaron en el Mundial.
La decisión de no contratar nuevos jugadores agravó la situación porque el plantel sufrió una plaga de lesiones. La estrella holandesa Arjen Robben llegó con un desgarro muscular del Mundial y no ha disputado aún ni un encuentro y ni siquiera ha entrenado con sus compañeros.
En Múnich se desea que en febrero pueda retornar a la cancha. El otro astro internacional, el francés Franck Ribéry, también estuvo lesionado y aunque ya regresó al plantel, está muy por debajo de su forma, como lo demostró en la cancha del Schalke, al igual que otro recuperado, el capitán Mark van Bommel.
El croata Ivica Olic, otro garante de gol, tuvo que ser operado de la rodilla y estará fuera medio año y tampoco ha sido mejor la suerte del delantero Miroslav Klose, desde hace tres semanas aquejado de un desgarro.
El presidente honorario del club, Beckenbauer, también lamentó, en un balance del partido ante Schalke, la situación de la defensa bávara, con Martín Demichelis y Daniel van Buyten flojos y en el banco un joven Breno recién recuperado de una lesión.