La entrevista de una hora y media se paralizó al menos 12 veces. Era la tarde del jueves y Edgardo Bauza conversaba con este Diario en un café ubicado en la República de El Salvador y Suecia.
Desde su llegada al lugar, el ambiente cambió: oficinistas, estudiantes, militares y hasta la modelo Dallyana Passailague se acercaron al entrenador para desearle suerte en el partido de hoy y para pedirle un autógrafo.
“Profe, mi hijo es fanático de la Liga y admirador suyo. Regáleme un autógrafo”, le decía una mujer bajita de anteojos gruesos y piel canela. En cambio Passailague, quien vestía chompa y bufanda verde para protegerse del frío quiteño, gritó desde la acera: “Profesor mis respetos. Mucha suerte el domingo ”.
Bauza correspondió todas las muestras de afecto con cordialidad. Sin embargo, el DT de Liga hizo una confesión: se considera tímido y admitió sentir bochorno cuando se presentan este tipo de manifestaciones de aprecio.
“Es lindo que te quieran y te respeten tanto. Pero a mí me cuesta un poco relacionarme con la gente”. Esa fue la reflexión del entrenador que supo ganar con Liga el torneo local del 2007, la Copa Libertadores 2008 y la Recopa Sudamericana de este año.
Pese a que el contacto con la gente le genera timidez, Bauza no cambió su rutina antes de la final. Para él, tomar un café en las tardes es una de las actividades más relajantes. Sobre todo cuando está con su cuerpo técnico: su asistente Daniel di Leo, el preparador físico Alejandro Mur, además de Walter Fiori y Gustavo Flores.
De ellos, Di Leo es el más cercano. Los dos son amigos desde cuando jugaban en las divisiones inferiores en Rosario Central en Argentina. “Para mí, el ‘Patón’ es como un hermano. Hemos compartido mucho tiempo juntos, tenemos buena química y nos entendemos muy bien”, confesó el asistente técnico de la ‘U’.
Bauza admitió que tiene pocos amigos ecuatorianos. Señaló a uno, Fabio Intriago, con quien habitualmente cumple otro de sus pasatiempos favoritos: jugar tenis en el Club Buena Vista. “Incluso con él y su familia salí por primera vez a celebrar fiestas de Quito, hace pocos días. Salimos a comer, a mí no me gusta bailar”.
Practicar tenis, tomar café, salir a comer e incluso darse una escapadita al casino para jugar algunas partidas, son algunas de las medidas que toma Bauza para relajarse. También escuchar la música de los compositores españoles Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, de quienes se considera un ferviente admirador y a quienes conoció en Rosario.
Según el entrenador, el fútbol es muy desgastante y estresante. Y él se considera un obsesionado de su trabajo. De ello dan fe sus asistentes y sobre todo su hijo Maximiliano y Xavier Burbano, los dos ‘espías’ digitales del equipo albo. Ellos están a cargo del software Bio Pro 2.0 y semanalmente deben abastecer la videoteca del entrenador con compactos de los movimientos de los rivales e incluso con las actuaciones de Liga.
Antes de la final ante los eléctricos, el entrenador albo revisó cinco videos de los partidos de Emelec como local. Su hijo Maximiliano tuvo que preparar los reportes que le fueron entregados el pasado martes. “Emelec es un equipo al que respetamos. Ataca muy bien y con mucha gente”.
Pero para el entrenador, la principal preocupación siempre será su equipo. “Estamos llegando a esta final con lo justo”, confiesa. Para el juego de hoy, los dos delanteros: Juan Manuel Salgueiro y Carlos ‘Chino’ Luna juegan infiltrados. Bauza dijo que un título sería el fin de un año maravilloso.