Australia llegaba al partido como el único equipo del Grupo D que no había conseguido triunfos. Tenía enfrente a una Selección como la Serbia, que había dado el campanazo en la fecha anterior al vencer a la favorita Alemania.
Pero el fútbol no entiende de lógicas. Cuando parecía que los serbios tenían todo a favor contra el cuadro más débil de la llave, Australia mostró garra y venció a su rival y lo dejó fuera del Mundial. La eliminación de los balcánicos dio en cambio la clasificación a Ghana como segunda del Grupo D, pese a que los africanos cayeron en el otro encuentro contra Alemania.Los ‘aussies’ abrieron el marcador con un cabezazo de Tim Cahill y un tiro de Brett Holman. Serbia descontó en el epílogo con una aparición de Marko Pantelic en el área chica. Al final, los jugadores serbios se quedaron atónitos e impotentes tras desaprovechar una oportunidad de oro para acceder a los octavos de final.
Desde el inicio, ambos equipos buscaron el gol y el paso a octavos de final, aunque con mayor insistencia de los australianos, que contaban con una mayoría absoluta en las tribunas del Mbombela Stadium de Nelspruit.
No obstante, las oportunidades más claras de anotar las tuvieron en el arranque los serbios, en los pies de Milos Krasic, el más incisivo del representativo balcánico.
Con jugadores de hasta dos metros en la cancha, como el serbio Nikola Zigic, ambas escuadras apostaron también con insistencia al cabezazo, pero sin renunciar al juego asociado de un toque. El partido era entretenido, abierto, aunque en algunos momentos inclinado más a favor de Serbia.
Ivanovic, desdoblándose en funciones de ataque, tuvo a los 22 la apertura con un tiro a un metro de la línea de sentencia, que contuvo de manera excepcional Schwarzer.
Serbia creció por méritos propios y también por la ineficacia de los australianos. Dejó el contragolpe y buscó el protagonismo.
Las vuvuzelas y silbidos de los hinchas australianos en las tribunas no lograban detener el juego cada vez más frontal de los dirigidos por Radomir Antic, que confirmaban ser justos vencedores de Alemania.
Un cabezazo del australiano Tim Cahill a los 31’ y otro de Zigic a los 33’ ratificaron que el duelo y la clasificación serían definidos al primer descuido o acierto.
Al comenzar el segundo tiempo, ambos equipos estaban eliminados, debido a la igualdad simultánea entre Alemania y Ghana, los otros miembros del Grupo H. No hubo mezquindad, pero tampoco buen fútbol.
Australia insistió con un ataque poco explosivo y Serbia con los desbordes de Krasic, por entonces el mejor del partido. Cahill pateó un balón alto como en el rugby a los 50’ y Zigic a los 53’ desvió un tiro frente al arco, cuando los hinchas australianos suspiraban.
Ghana y Alemania tampoco quebraban su igualdad a esa altura y la tensión crecía en Nelspruit, donde los serbios estaban a un tanto de la clasificación. Pero entonces apareció Cahil, metió un cabezazo y abrió las esperanzas para los australianos a los 69′.
Brett Holman, a los 72’, puso el 2-0 y los ‘aussies’ fueron por la goleada y la hazaña, con las tribunas enardecidas. La desgracia vino a los 82′. Schwarzer dejó escapar un remate y Pantelic firmó el descuento que marcó la despedida de las dos selecciones.