El seleccionado argentino encontró una solidez grupal y mantuvo su impronta arrolladora, a pesar de que un hormigueo de nervios se anida en el estómago cada vez que un rival se anima a atacarlo. Con puntaje ideal, quizás algo impensado antes del Mundial, el seleccionado alcanza los octavos de final con el ánimo en el cielo, envuelto en confianza, para cruzarse en un duelo mano a mano con México, el domingo próximo, en Johannesburgo, a las 13:30 hora de Ecuador.
A la victoria 2 – 0 contra Grecia no le hubiera venido mal algún gol más.
Como en Alemania 2006, chocará con México en octavos. Como en Francia 98, se clasificó con puntaje ideal. ¿Cuál será el final de la actual historia? Parece que recién comenzará el verdadero Mundial para Argentina.
En el día de su estreno como capitán, Lionel Messi tuvo que soportar una marca que le sopló la nuca durante toda la noche. Sokratis Papastathopoulo siguió disciplinadamente las huellas del número 10 argentino.
Difícilmente los rivales puedan contener a Lionel Messi, un genio que se expresa en la cancha. Aún no llegó su gol (tuvo un remate que impactó en un palo), pero sin duda que llegará más pronto que tarde.
Más allá de las siete modificaciones con respecto al equipo que había goleado a Corea del Sur, el seleccionado no resignó su impronta arrolladora.
Generó peligro, remató más de una decena de veces al arco. En el primer tiempo, Argentina no pudo quebrar a Tzorvas, otro arquero que lo pone límites al resultado final.
Pero abrió el camino Demichelis, a los 77 minutos, tras tomar un rebote casual en Milito, y definir en el área chica. Los 13 minutos restantes de partido quedaron para que Maradona activara su política de rotación: ingresaron Pastore y Palermo, que selló el 2-0 a un minuto del final, con un tanto que cargó de emotividad el desenlace. El DT Maradona utilizó a 20 de los 23 jugadores (faltan Garcé y los dos arqueros suplentes) en la primera fase.
Argentina alcanzó los octavos de final envuelta en una curiosidad que despierta incertidumbre. El seleccionado es un equipo que no ha sido agredido. Ninguno de sus tres oponentes del grupo B lo han atacado. Así y todo, la defensa argentina da una sensación de inestabilidad que a veces genera un hormigueo de nervios.