Por todos los antecedentes que tuvo la semana previa, el cotejo que protagonizaron ayer en Sangolquí Independiente del Valle y Barcelona no era un partido cualquiera. El debut de Álex Aguinaga como técnico del ídolo ecuatoriano puso un condumio especial al duelo, lo que se reflejó en la masiva afluencia de público hasta el estadio Cantonal de Rumiñahui.
La presencia del ‘Guero’, vestido con un inmaculado terno habano, se ganó generosos aplausos de las dos hinchadas.El estadio estuvo completamente lleno. Y hasta hubo aficionados que observaron el partido desde las casas vecinas y también desde el parque ubicado al sur del escenario deportivo. En una de las casas hasta se fabricaron un mirador de madera para observar las acciones con total relax.
El color amarillo fue el predominante aunque la barra sangolquileña estuvo igual de bulliciosa y activa durante todo el cotejo. Como sucede en muchas ciudades ecuatorianas, Barcelona jugó de local ayer en Sangolquí.
El ambiente fue de fiesta y duró los 94 minutos que se disputó el partido. Álex Aguinaga plantó cuatro defensas, cinco volantes y un solo hombre en punta, que fue Armando Wila. El argentino Rodrigo Marangoni fue titular, al igual que Miguel Ibarra.
De entrada se notó la mano diferente de Aguinaga, en comparación al anterior estratega, el argentino Rubén Darío Insúa. El ‘Guero’ envió al campo de juego a Marangoni y a Hólguer Matamoros, ofensivos que no jugaron juntos en el esquema de Insúa.
También estuvo Miguel Ibarra, descartado de los planes de Insúa. Pablo Palacios entró al cambio pero en su puesto natural, de centrodelantero, en lugar de actuar como carrilero, polémico puesto en que lo ponía el argentino.
Julio Asad, el DT de Independiente, diagramó una estrategia más atrevida y colocó dos delanteros netos: Narciso Mina y el paraguayo Richard Estigarribia.
La tranquilidad de Aguinaga apenas duró 20 segundos, los que se demoró el Independiente en abrir el marcador. Movió la pelota Domingo Martínez, Daniel Samaniego la receptó y ejecutó un pase profundo que aprovechó Narciso Mina, quien convirtió en gol ante la desesperación de Máximo Banguera, el portero torero.
El desconcierto fue asimilado pronto por el equipo canario, que buscó el empate de una manera formal y decidida. Aguinaga no se descompuso por el gol de camerino, sino que mantuvo la compostura y repartió indicaciones. para buscar el empate.
El Independiente se defendía con orden y atacaba con peligrosidad mediante contragolpes. Entonces el partido entró en un trámite intenso, de ida y vuelta.
Al minuto 13, una falta de Koob Hurtado sobre el juvenil Bryan de la Torre, de Barcelona, fue sancionado con penal por el árbitro Rody Zambrano. Lo ejecutó Rodrigo Marangoni y logró el empate.
El segundo gol amarillo llegó a los 22’, luego de un tiro libre cobrado con clase por Hólger Matamoros, luego de otra falta de Hurtado contra De la Torre.
El defensa tuvo una tarde fatal, pues luego de otra infracción, al minuto 37, fue expulsado. Esto complicó el panorama del equipo de Sangolquí, que a partir de ese momento resignó sus intenciones ofensivas y se dedicó a defender de los ataques, cada vez más punzantes, del ídolo.
El segundo tiempo siguió de idéntico trámite que los últimos minutos del primero: con Barcelona atacando con peligro e Independiente defendiéndose con todo y atacando cuando podía.
A los 50’, Daniel Samaniego ejecutó un derechazo que envió el balón por alto, Banguera sacó por encima del horizontal.
Este trámite tuvo un giro imprevisto al minuto 65, cuando el árbitro Zambrano pitó una falta penal de Iván Hurtado sobre Wellington Sánchez, la cual no existió. Sánchez se tiró al piso sin que el defensa lo tocara. El penal, bien cobrado por Samaniego, significó el empate 2-2.
Los 15 minutos finales fueron intensos. Con los dos equipos decididos a vencer o morir. En esa batalla sin cuartel triunfó Barcelona, luego de que De la Torre le pusiera la firma a una jugada monumental de Iván Borghello y lograra el tercer gol de su equipo, que fue el de la victoria, al minuto 84.
El partido terminó con el estadio cantando “Un solo ídolo tiene el Ecuador…”. ¿Y el ‘Guero’? Sonriente y tranquilo.
Aguinaga también confió en los juveniles Christian Cruz, Bryan de la Torre y Dennys Quiñónez. Los tres cumplieron, pero De la Torre fue determinante, pues generó el penal del empate, el tiro libre del gol de Matamoros y marcó el tanto del triunfo.
Con Insúa, De la Torre era carrilero por la derecha, en el esquema 3-5-2. Ayer, en cambio, fue volante de recuperación y de proyección, otro acierto de Aguinaga, quien prefirió resaltar el trabajo del equipo y la actitud de los jugadores. El siguiente rival de los canarios será el mismo Independiente, pero en el Monumental, en la rueda de revanchas.