Gabriel Meluk. Editor de El Tiempo, Colombia. Desde Sudáfrica
El fútbol de África no resultó salvaje. Por el contrario, lo que se creía que sería el mayor rugido de su historia, con equipos depredadores en su hábitat resultó ser para sus rivales un paseo por un museo en el que las fieras son de cera.
De los seis africanos, solo uno, Ghana, está en la segunda vuelta; cuatro ya quedaron de patitas en la calle y Costa de Marfil está a un paso de empacar el uniforme en la maleta. Se esperaba que en su continente este fuera ‘SU’ Mundial, pero les salió menos hasta ahora, que cuando Camerún fue el equipo revelación en Italia 1990 o cuando Nigeria sorprendió con su talento, fuerza y buen juego en Estados Unidos 1994.
La presencia en esta Copa del Mundo de figuras que son verdaderas estrellas en las ligas europeas, las mejores del mundo, de futbolistas maravillosos como Drogba, Eto’o, los Touré (Yaya y Kolo), Eboué, Kalou o Muntari prometía más.
Pocos resultados. Solo Ghana, gana. De ahí que nosotros, los sudamericanos, defendamos los cuatro cupos y medio que tenemos en los Mundiales (y que esperamos mantener para el del 2014 a pesar de que Brasil sea el organizador) y más después del gran arranque vivido en un Mundial que no resultó un temible safari con fieras africanas, sino aplastar insectos con un matamoscas. ¡Paf!