Los árbitros mostraron a la dirigencia que si reglamentariamente se encuentran maniatados para no opinar contra el sistema, mediáticamente enrostraron a los dirigentes sus graves equivocaciones.
“Rechazo al levantamiento de sanciones”, dijo el letrero exhibido por el árbitro Roddy Zambrano y sus colaboradores, en el partido entre El Nacional vs. Emelec. Así protestaron las decisiones del Tribunal de Apelaciones, que al parecer permuta sanciones y perdona culpables.
Pedro Velasco, jugador de Barcelona, fue expulsado por agredir a un rival y suspendido tres partidos. Así lo confirman videos del partido.
Sin embargo, para el jurista Luis Rojas, presidente del Tribunal de Apelaciones, quien dirimió la votación, dos partidos eran excesivos. La sanción fue rebajada y Velasco pudo jugar el clásico.
De acuerdo con tan sabio veredicto, Roddy Zambrano debe ir a un psiquiatra: ve alucinaciones y sanciona faltas inexistentes.
La cotidianidad de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) transcurre en medio de leguleyadas para contentar a todos.
Entre martes y miércoles de la semana pasada presentó dos patéticos sainetes. Por la noche resolvió un problema que debió arreglarlo hace 15 días y al día siguiente acató un perdón inadmisible.
La fiesta está instalada. Los expulsados pueden burlarse, agredir y proferir insultos racistas a los árbitros –caso Díaz- y ser sancionados cuatro partidos.
Agredir rivales y ser expulsados –caso Velasco-. Nada grave. Simples bagatelas. Apelación, votación, perdón y olvido.
Al parecer al campeonato ecuatoriano le hace falta un tornillo. Como el tango de Julio Sosa. Ni más ni menos.