Jairo Padilla posa junto con un balón. El ’10’ del Aucas fue atleta en su adolescencia. Foto: María Isabel Valarezo /EL COMERCIO
Jairo Padilla sorprende usualmente a sus compañeros en los entrenamientos y en los partidos de Aucas. El imbabureño, de 24 años, suele tomar la pelota por el costado derecho, en su campo, correr con ella 50 metros en ocho segundos hasta llegar al arco rival. Al final, de su recorrido, en ocasiones, marca un gol.
El técnico Carlos Ischia se dio cuenta de la capacidad atlética del imbabureño en el partido del 28 de junio, ante la Católica, en Latacunga. Al minuto 90, Padilla corrió los 50 metros y marcó un gol, que fue el 3-1 de su club.
El DT argentino tomó apuntes y decidió dar más protagonismo al extremo derecho del Aucas. Ahora, el imbabureño es titular y uno de los jugadores claves en el esquema del plantel quiteño, puntero de la segunda etapa del campeonato.
Ischia le dio licencia a Padilla para que corra en la cancha. Una muestra de sus características son los cuatro goles que ha convertido en los 15 minutos finales de un partido.
¿Cómo lo logra? Padilla le cuenta a este Diario que, en su niñez, se dedicaba al atletismo. Corría pruebas de 100, 200 y 400 metros. Participaba en competencias de postas, salto alto y salto largo en representación del Colegio Técnico Industrial Ciudad de Ibarra. También representaba a las federaciones de Imbabura y Carchi. “No gané medallas, pero me sirvió para el fútbol”.
El ahora ‘10’ de Aucas, entonces, practicaba el atletismo para mejorar su rendimiento en el balompié. A los 14 años, tuvo que decidir y escogió el fútbol. Entonces, vino a Quito y se probó en las divisiones formativas del cuadro oriental.
Padilla pidió ‘pista’ en las categorías Sub 12 y Sub 14 del club oriental. “Había desde el equipo A hasta el C. Pero fui insistente y al final llegué a Primera. Estoy agradecido con Dios”, dice el futbolista luego de uno de los entrenamientos del plantel en la ‘Caldera del Sur’.
Por sus antecedentes de velocista, Padilla se ganó un espacio, entre el 2008 y el 2012, en el plantel que pasó por la Segunda Categoría y en la Serie B.
Posteriormente, viajó a Portugal para incorporarse al Trofense de Portugal, en el 2013. En el país europeo aprendió a jugar a uno y dos toques. “Era un fútbol más fuerte, más dinámico. Eso también me ayudó a formarme para mostrarme esta temporada”.
Pero Padilla está convencido, ante todo, que Dios lo ha bendecido. Por ello, antes de los partidos con el cuadro oriental, pide no sufrir ningún tipo de lesión. Se encomienda a Dios para evitar contratiempos durante el encuentro.
Su madre Mariana Folleco, quien vive en Quito, es su principal apoyo. Padilla tiene cinco hermanos, pero ninguno de ellos se dedica al fútbol. Por eso, dice que es emocionante jugar con los graderíos llenos ante sus familiares en los partidos del campeonato.
El extremo derecho tiene un contrato con Aucas que finalizará en dos años. Pero no quiere preocuparse por el futuro. Quiere mantenerse como titular con Ischia, de quien dice es un entrenador que “sabe llegar al jugador”. Eso sí, reconoce que, en algún momento, le gustaría volver al fútbol europeo.
Por ahora, solo mira los cotejos de clubes europeos por la televisión. Ahí, también suele observar a Cristiano Ronaldo, a quien admira por la capacidad del portugués para también correr a gran velocidad por los costados de la cancha.
Sus compañeros lo ven como un jugador serio y centrado para su edad. En ocasiones, le hacen bromas durante los entrenamientos. Pero él dice que no puede ‘marearse’ para consolidarse como titular y “lograr cosas grandes con el equipo”.
Ahora su sueño es engrandecer al Aucas, club que le dio la posibilidad de jugar.