Gustavo Quinteros afrontará una dura tarea en los próximos partidos de la Selección. Pero él tiene un dilema: alinear a jugadores que son suplentes en clubes -léase en el exterior- en los juegos trascendentales que habrá este año por las eliminatorias sudamericanas. ¿Es adecuado? Talvez no lo sea. Será un riesgo incalculable que puede llegar a costarle la candidatura al país para ir al Mundial de Rusia.
Lo más sensato es que el estratega sea coherente con la realidad del fútbol. Antes de tomar esa decisión su análisis deberá ir por los momentos que atraviesan los jugadores, antes de sucumbir a la tentación de alinearlos por afectos. A eso se añade que este es el escenario ideal para dar ese paso trascendental de ir viendo esos relevos en puestos claves.
La campaña de la Tri ha sido irregular, pese a que está con opciones de clasificarse. Empezó bien, al punto de ser el equipo revelación del 2015, pero después cayó en un hueco, originado por excesos de confianza del DT y de la plantilla. Esas causas originaron críticas y también el respaldo a Quinteros.
La Tri jugará dos partidos trascendentales en marzo (contra Paraguay y Colombia). Esos pudieran potenciar esa aspiración de ir a otro mundial, después de pasar años críticos por los apuros económicos de los clubes de las Series A y B y por el escándalo del ‘FIFAgate’, donde está acusado el presidente anterior de la Ecuafútbol -Luis Chiriboga-.